El máximo responsable del aterrizaje de Xavi Hernández en el FC Barcelona es Joan Laporta. Rafa Yuste, peso pesado como director del área deportiva, decantó la balanza como uno de los principales apoyos del técnico egarense entre la plana mayor azulgrana. A pesar de haber levantado una Liga --primera en cuatro años-- y una Supercopa de España, varios miembros de la junta directiva ponen en tela de juicio su gestión al frente del primer equipo. Pero Laporta ha dicho basta.
Según hemos podido saber en Culemanía, el presidente del Barça ha hablado con integrantes de la junta directiva para que dejen de rajar de Xavi en sus conversaciones off the record con la prensa. El máximo mandatario del club encuentra en otro de sus allegados el polo opuesto a Yuste. Enric Masip, asesor personal del presidente y miembro de la comisión deportiva azulgrana, se posiciona como una de las voces más críticas sobre el míster.
Imagen de unión
De cara a la galería, Can Barça es una familia en la que sus miembros son hermanos de distintos padres. Antes y después de cada partido, el propio Xavi, los jugadores y Rafa Yuste se esmeran en pedir a los medios y a la afición azulgrana comunión con el equipo. El vicepresidente deportivo redundó en el mensaje de unidad antes de que el cuadro azulgrana evitara el desastre liguero ante el colista en Montjuïc.
"Se ha sido muy injusto con Xavi. Él lo dice. Somos una familia y de verdad. Esto es algo difícil de decir, pero el sentimiento es de unión, de bloque, de estar siempre agrupados. Y Xavi lo que dice también es que este entorno famoso no nos ayuda demasiado. Y necesitamos todos ir a una. Es lo que realmente pedimos, unidad y familia", dijo Yuste a los micrófonos de Movistar Plus.
Un iceberg
Pero la realidad en un club de la entidad del Barça es la que da la espalda a los micrófonos, aquella que no captan las cámaras. Las relaciones no lucen tan magníficas como las pintan, porque la mala dinámica del primer equipo no lo permite. Contra el Almería el vestuario vivió escenas de tensión en el descanso por la pobre imagen del equipo azulgrana durante la primera parte, cuando el cuadro indálico había conseguido igualar el marcador.
Las cámaras apenas muestran una décima parte de lo que se cuece realmente en las altas esferas de la entidad catalana. Y cuando los resultados no acompañan, la impaciencia empieza a embargar tanto a hinchas como a los directivos. En el ámbito público, las rajadas de figuras relevantes en la plana mayor del club sobre la andadura de Xavi condenarían al técnico y aumentarían la sensación de inestabilidad en el club. Por ello, descargan sus críticas en privado.
Los números, en contra
Sin embargo, no hablamos de juicios precipitados o injustificados. Los números no acompañan a la leyenda del Barça en el banquillo. Esta temporada, el cuadro barcelonista ya ha encajado más goles en 18 jornadas de Liga que en todo el curso pasado: 21 a 20. Y eso que la plantilla cuenta con Ronald Araujo, uno de los mejores centrales del mundo, Jules Koundé, defensor que costó 50 millones, y Andreas Christensen, otro referente en la zaga.
Nada menos que 158 millones en el mercado de verano de 2022 se gastaron. Esta última ventana estival se ha saldado con un gasto irrisorio, pero también han llegado futbolistas de la talla de Joao Félix, Joao Cancelo, Ilkay Gundogan, Iñigo Martínez y Oriol Romeu. Los tres primeros recalaron en el Barcelona para liderar un proyecto ganador. Sin embargo, el equipo no arranca.
Pero las valoraciones globales, a final de temporada. De momento, hay vida en Liga y en Champions, por lo que no se ha incumplido ningún objetivo. Los títulos de la campaña anterior conceden cierto margen a Xavi. Y también su amistad con Laporta, que se gestó durante su etapa de jugador y el primer mandato del abogado catalán en el Camp Nou. No corrió la misma suerte Ronald Koeman, fulminado en noviembre de 2021.