Laporta imita a Bartomeu en la implicación del Barça en el Procés
El actual presidente azulgrana mantiene un perfil mucho más bajo que en su primera etapa al frente del club
19 noviembre, 2023 00:15"Laporta president, Catalunya independent". La noche del 15 al 16 de junio de 2003, fue un día de felicidad máxima para Joan Laporta, que acababa de ganar las elecciones a la presidencia del Barça. Eufórico, presumió de sus ideas políticas ante sus votantes más fieles y su primer mandato tuvo una alta carga ideológica. Ahora, 20 años después, el presidente azulgrana opta por un perfil mucho más discreto, como su antecesor en el cargo, Josep Maria Bartomeu.
En 2003, Laporta prometió un Barça mucho más comprometido con Catalunya que en las dos décadas anteriores. Los expresidentes Josep Lluís Núñez y Joan Gaspart simpatizaban con el PP, aunque siempre alimentaron la teoría de que el Real Madrid fue el equipo del Régimen durante el franquismo y que recibía favores de los principales estamentos del fútbol español.
Laporta politizó el Barça entre 2003 y 2010 y, después, dio el salto a la política, fundando Democràcia Catalana en 2010, con nulo éxito. Presumió por ejemplo de su amistad con Pilar Rahola. También posó con Carles Puigdemont años más tarde y criticó a Bartomeu por su “tibieza” política.
Campaña conservadora
El actual presidente del Barça ya hizo una campaña electoral muy conservadora en las elecciones de 2021. Era el gran favorito y no necesitaba arriesgar. Y mucho menos tras el impacto que tuvo su lona al lado del Bernabéu con la inscripción: “Ganas de volver a veros”.
Laporta habló de fútbol y de la situación económica del Barça. Con muchos frentes abiertos, esquivó las presiones para que se posicionara políticamente. Uno de sus hombres de confianza, además, es Alejandro Echevarría, miembro de la Fundación Francisco Franco, con quien ya contó hace dos décadas.
Deuda de 1.200 millones
Más allá de buscar soluciones para rebajar la deuda del club, cifrada en 1.200 millones de euros, Laporta tenía el reto de renovar la plantilla de fútbol en un contexto muy complicado. Hace un año y medio, su gran preocupación pasaba por vender activos del club para poder fichar a Christensen, Kessié, Lewandowski, Raphinha, Koundé, Bellerín y Marcos Alonso. Y el pasado verano, ya sin palancas, tuvo que recortar drásticamente la masa salarial de los equipos profesionales de todas las secciones.
Laporta buscó nuevas complicidades. Cambió su discurso más agresivo hacia Javier Tebas y se acercó al presidente de la Liga. También intentó mantener una buena relación con Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol que dimitió recientemente por su beso inapropiado a Jennifer Hermoso. Con Rubiales nunca tuvo una gran conexión. Sí la tuvo entre 2003 y 2010, con Ángel María Villar.
La Superliga
El presidente del Barça también se ha sumado al proyecto de Florentino Pérez de crear la Superliga, al margen de la UEFA. Las relaciones entre ambos dirigentes, no obstante, ya no es tan fluida tras el posicionamiento del Real Madrid en el caso Negreira, que ha salpicado al club azulgrana por sus pagos, entre 2001 y 2018, al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros.
Laporta, hoy, tiene muchas más urgencias que en su primer mandato. El Barça necesita un tratamiento de choque para recuperar las constantes vitales. El presidente también ha estado muy ocupado con la reforma del Camp Nou, un proyecto que finalmente le costará unos 2.820 millones de euros.
Puigdemont y el Amberes
El día a día es frenético en el Barça. Curiosamente, en Amberes, en el último partido de la fase de grupos de la Champions, Laporta podría coincidir con Puigdemont, invitado por el club belga, pero el dirigente azulgrana seguirá optando por un perfil muy discreto. El Barça actual no está para jaleos más allá de los que ya tiene, y la política no es un buen compañero de viaje para su presidente.