Hace tres años ya. El 27 de octubre de 2020, Josep Maria Bartomeu cerró su etapa como presidente del FC Barcelona. Acorralado por una moción de censura en plena efervescencia (avalada por 19.380 socios, cifra superior a los 16.521 que se precisaban), debilitado por las críticas de Leo Messi y harto de los consejos de personas afines, el que fuera dirigente presentó su dimisión y la del resto de su junta directiva. Ese día comenzaba una lenta y compleja transición que culminó el 7 de marzo de 2021 con la victoria electoral de Joan Laporta.
La junta directiva de Bartomeu tomó la decisión en la tarde de ese 27 de octubre, durante una reunión que se celebró en el palco del Camp Nou. Algunos acudieron presencialmente y otros participaron de forma telemática. Entre muchos motivos que han llevado a su desgaste en los últimos meses, el más destacado para tomar finalmente la decisión es que la Generalitat ha permitido celebrar la votación de la moción de censura en plena crisis de la pandemia. y el club no tenía tiempo suficiente para organizar un referéndum descentralizado.
Bartomeu, en su despedida, cargó contra la Generalitat, que avaló el voto de censura en plena expansión de la pandemia. "Buenas noches. Comparezco para comunicar mi dimisión y la del resto de la junta directiva. Es una decisión meditada por todos. Esta mañana he recibido la respuesta de la Generalitat: el Govern reitera que no hay impedimentos jurídicos para celebrar el voto de censura. Esto quiere decir que exigen que la votación sea descentralizada. No hacen mención a nuestra propuesta de tener 15 días de margen para poder garantizar las medidas de seguridad necesarias", comentó durante una intervención que superó la media hora de duración.
Últimos años de mucha turbulencia
A pesar de los grandes ingresos que se registraron durante su mandato presidencial, Bartomeu tuvo unos últimos años de máxima turbulencia. La repentina marcha de Neymar al PSG fue el punto de partida para el declive del proyecto, aunque todavía contaba con el liderazgo de Leo Messi para dominar en el panorama nacional. Pero la errática planificación deportiva, con los fichajes millonarios de Coutinho y Dembelé, fueron mermando el nivel del equipo hasta dejar resultados bochornosos en Europa.
Bartomeu había jugado fuerte y se equivocó. Ni Dembélé ni Coutinho lograron justificar unas inversiones tan elevadas. Los números del Barça empezaron a tambalearse y algunas operaciones del presidente suscitaron mucho recelo. El punto de inflexión en la parcela deportiva fue el famoso burofax de Leo Messi, siendo una noticia que le terminó por sentenciar en el ámbito mediático.
Al final, sin más remedio que dar un paso al costado, Bartomeu dimitió antes concluir la temporada 2020-21, dejando la dirigencia de la entidad azulgrana en las manos de la comisión gestora que lideró Carles Tusquets. Con la llegada de Joan Laporta al Barça, los altos mandos del club focalizaron los males del club en el anterior presidente, en especial por los desorbitados salarios que todavía siguen dejando secuelas en términos económicos.