El escenario de tensión entre Deco y Mateu Alemany que se avecina en verano

El serial entre Mateu Alemany y Deco que culminó con la salida del ejecutivo mallorquín del FC Barcelona todavía no ha terminado. El nuevo director de fútbol del Barça y su antecesor parecen destinados a encontrarse de nuevo en los despachos. Y es que el expresidente del Mallorca negocia su incorporación a la estructura deportiva del Atlético de Madrid, en un cargo de mayor importancia que el del director deportivo rojiblanco, Andrea Berta.

Y la secretaría técnica azulgrana tiene una larga negociación por delante con el Atleti si quiere conservar a Joao Félix más allá del 30 de junio de 2024. El atacante portugués ha recuperado el brillo que perdió en el Wanda Metropolitano y acumula tres goles y dos asistencias en este tramo inicial de temporada vestido de azulgrana.

Joao Félix celebra pletórico su primer gol con el Barça FCB

Negociación ardua

El posible nuevo cargo de Mateu bajo la dirección de Enrique Cerezo y Gil Marín puede suavizar la posición intransigente del club madrileño. El presidente de la entidad recalca en cada ocasión que le preguntan los medios que "Joao Félix es jugador del Atlético de Madrid". Deco ha reforzado la plantilla azulgrana mediante la llegada del delantero luso con la esperanza puesta en que triunfe en el Estadi Olímpic de Montjuïc. Sin embargo, esta arma de doble filo repercutiría en unas exigencias todavía mayores por parte del Atleti. 

Joan Laporta, Enrique Cerezo y Martínez Almeida en el Metropolitano, durante un Atlético-Barça EFE

Tanto Mateu como el agente del futbolista, Jorge Mendes, se erigirían en bazas decisivas para decantar las negociaciones. Al menos, el exdirector de fútbol barcelonista no se cerraría en banda como el resto de dirigentes rojiblancos. Aun así, las pretensiones económicas de Cerezo y cía se enfilan por encima de los 40 millones de euros, y rondan una horquilla que alcanza los 65 kilos.

Por la puerta de atrás

No obstante, no tuvo Mateu el final soñado en la Ciutat Esportiva Joan Gamper. Después de un amago de salida el pasado mes de mayo, seducido por un ofertón del Aston Villa, el ejecutivo oriundo de Andratx dio marcha atrás. Alemany experimentó un sentimiento de pertenencia con un proyecto del Barça que consideraba suyo, desde su aterrizaje de la mano de Joan Laporta en marzo de 2021.

Tras este giro de los acontecimientos, a Mateu no le quedó otra que convivir con Deco, la nueva apuesta de Joan Laporta y su amigo Jorge Mendes. Y la nueva bicefalía no cuajó. El presidente azulgrana concedió plenos poderes al icónico exjugador. Pero dicho mando chocó frontalmente con la jerarquía de Alemany.

La nueva cadena de mando en el área deportiva no funcionó. Estas pequeñas fricciones culminaron con el anuncio a bombo y platillo de Deco como nuevo director de fútbol..., y la letra pequeña que confirmaba la marcha de Mateu al finalizar el mercado de fichajes veraniego. Esta vez sí, en caso de fraguarse la nueva incorporación del Atlético de Madrid, ambos estarán condenados a entenderse. 

Choque generacional

"Mateu es un gran profesional, una persona a la que tengo mucho respeto y aprecio, pero él también tiene sus proyectos profesionales", afirmaba Deco a los medios el día del anuncio oficial. De cara a la galería, no existe tensión alguna. Poca culpa tiene Deco de acudir a la llamada del club de su vida, avalado por su maestro en el arte de la representación, Jorge Mendes. 

Deco, durante la presentación de Joao Cancelo y Joao Félix REDES

Uno de los factores que causa más estupor en el relevo al frente de la dirección deportiva del Barça es la diferencia abismal de trayectorias. Mateu Alemany ha llegado a dirigir un club de la entidad del RCD Mallorca, lideró una candidatura a las elecciones de la RFEF en 2007, ejerció de director general del Valencia entre 2017 y 2019 e incluso Florentino Pérez le ofreció ostentar el mismo cargo en el Real Madrid en el 2000.

En contraste, Deco se ha curtido como agente en Gestifute, la agencia de Mendes. Incluso fundó la suya propia, D20Sports, que ya ha vendido para evitar un conflicto de intereses con su nuevo rol en el FC Barcelona. Sin embargo, el exfutbolista brasileño carece de experiencia alguna en la estructura deportiva de un club, más allá de la Federación de Gabón. En el país africano llevó a cabo las labores de secretario técnico y tejió contactos con Alejandro Echevarría y Guim Laporta, el hijo de Jan.