Transparencia, coherencia y valentía. Así puede resumirse, en tres palabras, lo que distintos grupos de socios críticos del FC Barcelona --Seguiment FCB, Dignitat Blaugrana, Compromissaris FCB, El Senyor Ramon, Manifest Blaugrana, Un Crit Valent, etcétera-- piden desde hace tiempo a la junta directiva de Joan Laporta. Que tenga en cuenta en cada una de sus decisiones, especialmente en las que comprometan el futuro y legado del club, al conjunto de la masa social. Que, al fin y al cabo es la propietaria soberana de la entidad.
Tras el burofax enviado el pasado viernes a las oficinas del Barça, en contra de la asamblea telemática y a favor de un formato híbrido para favorecer la participación democrática de los socios, Culemanía ha hablado con Lluís Sabatés. El abogado y socio culé es también portavoz del colectivo que ha firmado el documento para impugnar la asamblea telemática, a la espera de que la junta laportista ofrezca una respuesta. No parece que la directiva, pese a tener margen para ello, vaya a recular.
El derecho de una asamblea híbrida
"Nos gustaría que sí --que Laporta reculase--, porque no pedimos nada que vaya en contra del club, sino en beneficio. Ni pone en perjuicio la viabilidad de los acuerdos alcanzados, ni estamos en un plazo que no podamos modificar", señala Sabatés a este diario. "Tienen margen de tiempo para reaccionar. Nuestra voluntad cuando enviamos el burofax es hacerlos recapacitar, que vean que no es necesario un recorte económico en un derecho social como es la participación del socio. Y que lo que amparan para defender la asamblea telemática no se ajusta a la norma".
Apoyos por parte de socios ilustres
A lo largo de este fin de semana, desde que salió a la luz el burofax contra el formato de la asamblea del sábado 21 de octubre, Lluís Sabatés asegura que varios socios ilustres del FC Barcelona se han mostrado partidarios a la causa. Aunque no quiere dar nombres. "Hemos recibido apoyos. Gente de peso que se ha puesto en contacto con nosotros, pero no quieren dar la cara de momento. Al final, nosotros damos un paso adelante porque nadie lo dice, pero a nivel de masa social hay bastante unanimidad en que el formato híbrido es el mejor. Ni siquiera presencial, sino híbrido".
Objetivo: fidelizar y empoderar al socio
La clave, según él, es hacer partícipe al socio de las decisiones del club. Fidelizarle para que no se aleje de la entidad. "Se busca la máxima participación, para que el socio no se vaya alejando", asegura el entrevistado a Culemanía. Recuerda, además, que en ningún caso pretenden ir en contra de los intereses del Barça. "Nuestra voluntad no es de desgaste ni de ataque. Que no lo interpreten así. No tenemos intención de judicializar ni pleitear al club, sino reformular que hay decisiones que una vez consultadas a la masa social, quizá se deberían tomar de otra forma".
El miedo y la falta de transparencia
En este sentido, reiteran los firmantes del burofax que "Laporta no debe tener miedo". "Los socios somos soberanos. El gobierno no es contra la voluntad de los socios, tener miedo es absurdo. Los socios han elegido a la directiva democráticamente, y democráticamente tienen derecho de adoptar las decisiones que consideren. Y si es la mayoritaria, aunque tú tengas otra idea como presidente, no puedes estar por encima de la masa social", pone de manifiesto Sabatés. "Es contradictorio tener miedo. Más aún cuando es una asamblea en la que solo vas a aprobar resultados. Hay que dar un ejercicio de transparencia. No hay que tener nada que esconder".
Proteger al Barça de la individualidad
El objetivo, al fin y al cabo, es proteger al club de actuaciones negligentes y egoístas. Como por ejemplo, acciones que encaminen al Barça hacia la Sociedad Anónima Deportiva (SAD). "Uno puede adoptar medidas por desconocimiento, que aboquen al club a insolvencias. Nos gustaría anticiparnos y que, si ese gafe acaba sucediendo, que sea por decisión colectiva de los socios. Una cosa tan trascendente como es perder la esencia, que es la propiedad de la entidad. Es algo que el conjunto de la masa social tendría que querer, no que los culés nos veamos obligados a ello. Hay que vigilar que determinadas decisiones no condenen la voluntad de muchos", concluye.