En época de vacas flacas, no sólo es importante ahorrar todo euro posible. También resulta básico calibrar muy bien los tiempos de actuación, a fin de permitir que el FC Barcelona disponga de los recursos económicos justo cuando más los necesita. Bajo la presidencia de Joan Laporta se ha ido jugando a última hora con fórmulas financieras que permitieran cumplir con los estándares, aunque siempre al filo de la navaja. No se han cruzado líneas rojas, pero se ha bailado al borde del abismo.
Metáforas aparte, son varias las estratagemas puntuales que ha seguido la junta laportista para ganar tiempo en el último año. Un ejemplo fueron las rescisiones de Nikola Mirotic y Cory Higgins, los dos jugadores que más cobraban en la sección de baloncesto. Si bien es cierto que al escolta norteamericano probablemente se le haya pagado ya todo lo que se debe, con Mirotic la voluntad del Barça era luchar por ahorrarse la mitad de su elevada ficha. Con la frialdad por bandera, el club rescindió ambos contratos alegando que la medida se circunscribía "al cumplimiento del Plan de Viabilidad económica fijado por el FC Barcelona”.
Las rescisiones de Mirotic y Higgins
Mirotic cobraba unos 11,4 millones de euros brutos por curso en la entidad culé. Aún tenía firmadas dos temporadas más como azulgrana, así que le quedaban por percibir hasta 22 kilos. Una cantidad que para nada va a ahorrarse el Barça con la rescisión, aunque prefiere no pagarla ahora y abonarla más adelante. El juez fallará a favor del hasta ahora capitán y MVP de la pasada final de la ACB, y lo hará en unas cifras muy similares a las que habría tenido que percibir el jugador de haber seguido en nómina.
Resolver el embrollo en los tribunales, sin embargo, es una victoria parcial para el Barça. ¿Por qué? Porque, aunque tendrá que pagar de todas formas, ese dinero no sale de la masa salarial y, además, gana tiempo a la hora de abonarlo. Para complacer las exigencias económicas de la Liga, el FC Barcelona tenía que apretarse el cinturón no sólo en el balompié, sino también en el resto de sus secciones. De ahí los recortes presupuestarios y la situación de Mirotic.
El misterio sobre la cláusula de Dembelé
Tampoco se descarta ir a los tribunales con Dembelé. El PSG abonó un total de 50,4 millones, correspondientes a la cláusula de rescisión estipulada en el contrato del francés. Sin embargo, la duda está en qué parte de esa cantidad irá al FC Barcelona y qué parte a los bolsillos de Ousmane. La entidad azulgrana, como mínimo, ha arrancado un extra de 400.000 euros. Algunas informaciones apuntan que el Barça podría haberse quedado 35,4 millones de euros, a pesar de que inicialmente deberían pagarse 25 millones a Dembelé y su representante.
Desde Culemanía no consta esa información. Fuentes próximas al jugador aseguran que debe cobrar los 25 kilos acordados en la cláusula. Por ahora, el caso se mantiene en stand-by. Si el Barça no desembolsa los 25 millones, el asunto acabará en los tribunales. En lo que respecta a otros jugadores, como Franck Kessié, se le fichó con la carta de libertad asegurándole que podría tener un papel destacado en el equipo de Xavi. Un año después, y al no haber encajado del todo en el ecosistema culé, han buscado sacar beneficio económico por él.
Rescisión de Umtiti y sueldo de Joao Félix
También buscó el Barça ganar tiempo y dinero con la rescisión contractual de Samuel Umtiti, quien llevaba tiempo sin contar en los planes de la entidad azulgrana. Y más recientemente, el Barça ha logrado convencer a Joao Félix para pagarle tan sólo 400.000 euros en concepto de salario esta temporada. El Atlético le pagará 1,5 millones, y el jugador ha reducido casi en ocho millones sus emolumentos respecto a la temporada anterior. En poder de convicción, pocos ganan a Laporta.
La magia de los avales in extremis
Por último, cabe mencionar los dos avales de este último verano con el Banco Sabadell. El año pasado, el Barça ya necesitó de un aval de Laporta y su tesorero, Ferran Olivé, para inscribir a Jules Koundé en la competición de Liga. Este año, se llevó a cabo un primer aval de 6,7 millones de euros antes del 30 de junio, a fin de cumplir con la dieta económica de la Liga y poder inscribir a jugadores claves de la primera plantilla, como Gavi y Ronald Araujo.
En las últimas semanas, Laporta volvió a aplicar la fórmula de un aval in extremis para poder inscribir a todos los jugadores del Barça 2023-24. Renovados y nuevos fichajes entrar antes de las 00:00 del sábado 2 de septiembre. Los máximos responsables económicos del club negociaron con los responsables del Banco Sabadell para cerrar un aval de 10 millones de euros. Aunque en un primer momento otros medios hablaban de cantidades más elevadas, desde Culemanía solo trascendió el aval por ese importe. La enésima triquiñuela de la junta actual, en definitiva, para salvar los muebles... Y seguro que no será la última.