Para tener un proyecto deportivo ambicioso, es esencial para cualquier club contar con una continuidad en los peones que lo sustentan. El FC Barcelona, sin embargo, esto es algo que no conoce desde hace 15 años. En 2008, cuando se marchó Frank Rijkaard, fue la última vez que coincidieron presidente, entrenador y director deportivo en tres temporadas consecutivas.
Desde entonces, ya sea por cambios en uno de estos tres cargos en el club, ha sido imposible garantizar una continuidad institucional que permita planificar al unísono un proyecto deportivo con vistas a futuro. Sin embargo, con la reciente llegada de Deco, el Barça tiene una nueva oportunidad para romper este preocupante dato.
De Rijkaard a Pep en la primera era Laporta
Fue el trinomio formado por Joan Laporta, Txiqui Beguiristain y Frank Rijkaard el que trabajó conjuntamente durante cinco temporadas para reponerse a la fatídica herencia dejada en la presidencia de Joan Gaspart. Desde 2003 a 2008, concretamente.
Durante aquel lustro, el FC Barcelona resurgió de sus cenizas, volviendo a competir contra los mejores clubes del mundo, fichando a grandes estrellas como Ronaldinho e, incluso, ganando su segunda Champions League en 2006 frente al Arsenal. Gracias a esa estabilidad en el organigrama deportivo culé, Laporta forjó los mimbres de lo que sería la antesala al mejor equipo de la historia del fútbol.
Cambio en la presidencia en medio del Pep Team
Pep Guardiola sustituyó a Rijkaard en el banquillo azulgrana. En una de las mejores decisiones jamás tomadas por un presidente, Joan Laporta apostó por el de Santpedor, sin experiencia alguna en el fútbol profesional, por delante de José Mourinho, el otro candidato a ser entrenador en el verano de 2008. Sin embargo, a los dos años, los caprichosos estatutos del Barça, obligaron al socio a tener que votar otro presidente.
Dos años más duró el trabajo conjunto entre Sandro Rosell, el nuevo presidente electo, Andoni Zubizarreta, el sucesor de Txiqui, y Pep Guardiola, que decidió no renovar en 2012 por sus tiranteces con la directiva y algunos futbolistas de la plantilla. Su relevo fue Tito Vilanova, pero su enfermedad le obligó a dejar el club azulgrana al final de su primera temporada. En el recuerdo, pero, queda su récord de obtener la liga con mayor puntuación de la historia del fútbol español: 100 puntos.
Vino el Tata Martino a sustituirle, pero un equipo apático tras una etapa de absoluta gloria, un Messi que se pasó la temporada entre algodones pensando en el Mundial de Brasil 2014 y un Mateu Lahoz que decidió arrebatarle la Liga al Barça en la última jornada, desencadenó en un total de cero títulos aquella campaña. Algo inadmisible en Can Barça.
Bartomeu tampoco pudo lograr estabilidad
Tras el Tata llegó Luis Enrique, quien sí se mantuvo durante tres temporadas como entrenador del FC Barcelona. Sin embargo, no fue el peón del míster el que se movió en aquella época para cortar de facto la continuidad. Sandro Rosell se vio obligado a dimitir y le sustituyó Josep María Bartomeu al frente del club.
En las elecciones del 2015, después del segundo triplete de la historia del Barça, Bartomeu fue reelegido como entrenador. A partir de entonces, empezó una época de varios cambios en el cargo de director deportivo. Zubizarreta fue despedido, y por ese puesto, pasaron, hasta su dimisión en 2020, Ariedo Braida, Carles Reixach, Robert Fernández, Pep Segura, Éric Abidal y Ramon Planes. Imposible así planificar un club a medio-largo plazo. Las consecuencias se siguen pagando.
El retorno de Laporta, no el de la estabilidad
Laporta regresó como presidente en 2021 a arreglar el club, y sigue en proceso de ello. Sin embargo, muchos de los responsables de su organigrama presentado en las elecciones -no solo en el ámbito deportivo- han ido separando sus caminos del actual presidente, siendo el último Mateu Alemany.
El actual mandatario culé llegó con Koeman en el banquillo y fichó a Mateu Alemany como director de fútbol. Lo del técnico holandés no surtió efecto y, aunque tarde, terminó despidiéndolo con el Barça noveno en la clasificación. Llegó Xavi en noviembre de aquel año, y al mallorquín lo acompañó Jordi Cruyff.
Dos temporadas después, Jordi Cruyff y Mateu Alemany dejan sus puestos en la dirección deportiva, hasta que, este mismo verano, ha llegado Deco para ser el último --y se espera que el definitivo-- sustituto, como mínimo, hasta 2026, cuando vuelva a haber elecciones. Es la última oportunidad de Laporta para lograr la tan ansiada estabilidad que tan buenos frutos le dio con su llegada al club en 2003.
¿Funcionará el trinomio entre Laporta, Deco y Xavi? ¿Quién será el primero en caer del barco? Este club es una caja de sorpresas, por lo que es imposible responder a esta pregunta. De momento, la sintonía entre los tres es muy positiva.