Raphinha, el capricho de Laporta que pone en aprietos al Barça

El tiempo pasa y la gira de pretemporada por USA está a la vuelta de la esquina. El FC Barcelona, que ya ha cerrado este verano los fichajes de tres jugadores --Vitor Roque para 2024--, debe centrarse a partir de ahora en potenciar algunas salidas urgentes. No sólo de jugadores que se marchen cedidos, como Pablo Torre o Nico González, sino alguna venta que nutra y oxigene las arcas del club.

No es ningún secreto que, con el agujero económico de más de 200 millones que arrastra la entidad, resulta vital efectuar antes del 31 de agosto algún traspaso cañero. De esos sonados, que a veces no convencen a toda la afición pero sirven como una bombona de oxígeno para las cuentas. Raphinha Dias Belloli, a sus 26 años, es uno de los futbolistas que tiene colgado el cartel de transferible pese a que, sobre el papel, Xavi Hernández cuenta con él para la próxima temporada.

No ha demostrado su alto coste

Fue un capricho de Joan Laporta y su antiguo representante, Deco, hace justo un año. Y puede decirse, pese a sus 10 goles y 12 asistencias en 50 partidos, que su alto coste económico no ha sido justificado a base de rendimiento. Costó 58 millones de euros fijos y siete en variables, con contrato vigente hasta junio de 2027. Aunque puede que merezca una segunda temporada para acabar de eclosionar, el principal motivo de su hipotética venta responde a cuestiones económicas.

Su traspaso ayudaría a reducir masa salarial, dando facilidades al club para lidiar con las reglas del Fair Play financiero de la Liga. De esta forma, su salida permitiría no sólo las inscripciones de los nuevos fichajes, sino también las de los jugadores que han renovado recientemente o tienen pendiente hacerlo en las próximas fechas. Hace semanas se habló de un interés del Newcastle, y en los últimos días suenan con fuerza el Al-Hilal y otros clubes de Arabia Saudí.

Raphinha, junto a Deco en una imagen publicada en el Instagram del futbolista / REDES

Una venta muy beneficiosa

Al Barça todavía le quedan unos 52 millones por amortizar de su fichaje por el Leeds United, por lo que el montante de su traspaso debería ser mayor para obtener beneficios. Teniendo en cuenta que en la Premier League pagaron más de 100 millones por Enzo Fernández (Chelsea) y 120 kilos por Declan Rice (Arsenal), no se descarta que algún equipo de la liga inglesa pueda cometer una locura por sus servicios. Más aún con el cartel mediático que tiene el brasileño en las islas, tras sus buenas actuaciones con el Leeds hace dos campañas.

De los posibles traspasos que puede completar el Barça, Raphinha sería uno de los más beneficiosos. Tiene mayor renombre que Ferran Torres y Ansu Fati, por lo que las ofertas que lleguen por él serán superiores. Además, se trata de un jugador prescindible si el Barça se queda a Abde y sigue disponiendo de Dembelé, Lewandowski, Ferran y Ansu. Eso, sin contar a un Vitor Roque que se incorporará en 2024.

Raphinha, junto a Jules Koundé, durante un viaje del Barça / FCB

Sin Deco de guardaespaldas

Raphinha, además, ya no tiene a Deco como guardaespaldas y firme defensor de su continuidad. El exazulgrana ha dado el paso definitivo para formalizar su incorporación al área deportiva del FC Barcelona, desvinculándose de todas las actividades deportivas. Al haber sido él quien trajo a Raphinha al Barça, tampoco le interesa mantener a toda costa al extremo brasileño en la plantilla. Algunos le podrían acusar, aunque sea de manera infundada, de favoritismo y choque de intereses.

El órdago de Raphinha

Teorías y conspiraciones aparte, la realidad es que Raphinha no quiere irse. Está a gusto en Barcelona, tiene la confianza de Xavi y está convencido de que podrá rendir aún mejor la próxima temporada 2023-24. Entrena con normalidad desde el pasado lunes y, pese al interés de algunos clubes en ficharle --sin que lleguen ofertas concretas--, el jugador sólo está centrado en el devenir de la pretemporada. Si el Barça quiere desprenderse finalmente de sus servicios y traspasarle, deberá convencerle antes. Y una cosa está clara: no se prevé que sea tarea fácil.