La marcha de Jordi Alba de cara a la galería ya está consumada. El lateral de L'Hospitalet se despidió del FC Barcelona y rescindió el contrato que le unía al club hasta junio de 2024. Sin embargo, en los despachos, la entidad todavía tiene faena por delante. La leyenda azulgrana ha perdonado el 40% del sueldo de la próxima temporada, pero el porcentaje restante computará en la masa salarial de este curso.
Esto supone un problema y un mal negocio en la carrera contrarreloj que afronta la directiva presidida por Joan Laporta para reducir el lastre de los sueldos. El próximo 30 de junio cierra el ejercicio económico y el Barça busca obrar el milagro de reducir la masa salarial de los 656 millones de euros a un nuevo límite de unos 450. La maquinaria está en marcha y las propias salidas de Alba, Gerard Piqué y Sergio Busquets propician un ahorro de 120 millones. Por ello, la masa salarial ha descendido hasta los 536 millones.
Lastre de 10 'kilos'
Con esto, la liquidación del contrato del defensor para el próximo curso encarecerá un poco más el margen salarial. La patronal de la Liga considera la suma a deber para la campaña 2023-24 como un pagamento en concepto salarial perteneciente al curso 2022-23. Como ya hemos explicado en Culemanía, el sueldo bruto fijo de Jordi Alba la próxima temporada ascendía a 17,6 millones. De esa suma, como celebró Laporta en el acto de despedida, el jugador de 34 años renuncia al 40%.
Es decir, el ya exjugador del Barça ha condonado 7,1 millones de euros. Por su parte, el club de la capital catalana todavía tiene que abonarle 10,5 millones. El gesto del futbolista con el equipo donde ha permanecido 11 años honra la laureada figura de Jordi Alba. Sin embargo, con el agua al cuello, el club ha visto que la Liga ha apretado más si cabe la soga. Los 10 kilos restantes figurarán en la masa salarial de esta temporada. De los 536 millones, la cuenta regresa a los 546 kilos.
Ni el Fair Play Financiero
Para colmo, el ahorro económico que implica la liberación del sueldo de Jordi Alba no computará en este ejercicio para el Fair Play Financiero, sino para el próximo. Por lo tanto, el Barça no podrá reinvertir ni la totalidad ni el 40% del salario liberado para inscribir a otro futbolista.
Y es que según el ajuste del Barça al límite salarial, las reglas de control económico de la Liga determinarán el margen de maniobra de la entidad en el mercado de fichajes. La horquilla comprende desde la nueva norma del 40%, más laxa que la anteriormente aplicada del 1/4, y la ideal: la regla 1:1. La incertidumbre con la situación de mercado, aparte de los motivos obvios de confidencialidad, privó a Xavi Hernández de pronunciarse ante la prensa sobre fichajes.
Dos grandes ventas
Al margen del recorte de gasto de 108 a 98 millones de euros en las secciones - incluyendo el aval de seis millones presentado por Joan Laporta, Mateu Alemany y Ferran Olivé - el Barça necesita desinflar el globo de la masa salarial deportiva hasta los 450 millones de euros.
En esa tesitura, dos jugadores con cartel de piezas titulares pero no indiscutibles acercarían a la junta directiva al umbral objetivo: Jules Koundé y Raphinha. El central francés aterrizó en el Camp Nou por 50 millones de euros fijos más 10 variables y el extremo brasileño por 58 millones fijos y 7 variables.
Tras transcurrir el primer año de sus contratos de cinco temporadas, se habrían amortizado 12 y 13 millones por cabeza, respectivamente. Sumado a sus dos sueldos de 12 kilos brutos, sus marchas reportarían un ahorro de la masa salarial tasado en 49 millones de euros. El Barça traspasaría la barrera de los 500 millones y situaría la masa salarial en los 497 kilos, más cerca de la meta de los 450.