Puede que el suflé del Barçagate de Enríquez Negreira se haya rebajado en las últimas semanas. Eso no significa, sin embargo, que el culebrón haya terminado. Las investigaciones siguen avanzando en segundo plano, y en las últimas horas el mismo Negreira ha lanzado un grito al cielo por un movimiento reciente del FC Barcelona. La defensa del exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) tilda de "ejercicio de cinismo" y "fraude procesal" la voluntad del Barça de intentar personarse como acusación particular en el caso.
La protesta de Negreira ha llegado a través de su letrado, al señalar una supuesta hipocresía de Joan Laporta a la hora de solicitar la doble condición de investigado y víctima. El texto presentado ante los juzgados por parte de la defensa, al que ha tenido acceso el diario El Mundo, se "opone a la solicitud de la representación procesal" y califica la acción como cínica y sin sentido.
Pierde fuerza el delito de corrupción deportiva
Negreira, por su lado, sigue alegando un principio de Alzheimer y se ha negado a declarar ante la Fiscalía. En lo que respecta al escrito del FC Barcelona, el club pretende presentarse como víctima de un supuesto delito de administración desleal, dejando claro que nunca se llegó a cometer el delito de corrupción deportiva porque no se pagó a los árbitros para tener un arbitraje favorable.
Hace unos meses, Negreira ya explicó ante la Fiscalía cómo había sido su relación con el FC Barcelona. "Nunca he querido cobrar porque yo ya tenía mi empresa y cobraba del FC Barcelona. Nos reuníamos en Madrid cada semana o cada 15 días. Lo que hacíamos era revisar los informes que hacen los árbitros después de cada partido --se refiere al acta-- y puntuarlos. También teníamos un informador de la Federación que revisaba si el arbitraje había sido correcto. Preparar charlas técnicas a los árbitros. Reunirnos con los presidentes regionales...", relató.
Negreira dijo que "asesoraba" al Barça
Lo que también hacía Negreira, según sus declaraciones ante la Fiscalía, era "ir a ver los partidos personalmente o a través de compañeros exárbitros, y estar informado del porqué se habían tomado decisiones. El FC Barcelona consideraba que se perjudicaba al equipo y se favorecía a otros equipos".
"Esto es una hipótesis personal, nadie me lo ha dicho directamente. Mi obligación era dar mi opinión sobre los partidos en cuanto al arbitraje y a los jugadores. Asesoramiento técnico. Lo que el FC Barcelona quería era asegurarse que no se tomaban decisiones en su contra, que todo fuera neutral", dijo. Unas palabras, en particular estas dos últimas frases, que no tardaron en correr como la pólvora a través de los medios de comunicación. En algunos casos, siendo malinterpretadas.