El domingo 28 de mayo quedará atesorado como una fecha especial en el barcelonismo. No solo por ser la última jornada del viejo Camp Nou --empezarán las obras en verano--, sino también por la despedida oficial de dos leyendas del FC Barcelona como Jordi Alba y Sergio Busquets. Ambos han logrado decir adiós por la puerta grande, con un acto que estuvo a la altura de su legado en el club. Un escenario que fue planteado por un Joan Laporta que ha conseguido apaciguar las tensiones con los capitanes en el momento más importante.
Las tensiones con los capitanes
Los abrazos y reconocimientos de Laporta hacia los capitanes fueron precedidos por las tensiones. No todo ha sido color de rosas en el Barça, en especial por la situación tan complicada entre la directiva y los jugadores por la problemática de la masa salarial. Hace varios meses que el mandatario de la entidad señaló de forma casi directa a las leyendas azulgranas de insolidaridad ante el delicado contexto financiero que han afrontado desde hace tres años.
Esas palabras no sentaron bien entre el grupo de capitanes, en especial porque les estaba situando en el foco de las críticas. Con Jordi Alba fue incluso más tensa la relación en el primer tramo de temporada, teniendo en cuenta que estuvieron a punto de irse a las manos en una discusión. El lateral le instó a criticarle a la cara en vez de hacerlo a sus espaldas, lo que provocó un fuerte intercambio de declaraciones.
Ha sido con Alba el caso más complicado de todos. La directiva de Laporta intentó traspasarle en verano a través de una cesión con el Inter de Milán, aunque sin informar al jugador de dichos planes. A partir de allí la relación fue cayendo en picada. Aunque tuvo un sorpresivo repunte a partir de la segunda mitad de temporada, en donde el de L'Hospitalet adoptó una estrategia más conciliadora con la cúpula y con sus compañeros de vestuario, dando a pie a una emotiva despedida con el presidente del Barça ante la mirada de miles de aficionados culés en el Camp Nou.
Una despedida a la altura
Todas las tensiones han quedado en el pasado, sobre todo con el acto de despedida de Busquets y Alba en el recinto azulgrana. No solo por la posibilidad que tuvieron los dos futbolistas de hablar ante los culés, sino también por todo lo que rodeaba a la ceremonia: reconocimientos, trofeos, vídeos especiales y música en directo para cerrar una noche emotiva con todos los presentes. Casi una forma de Laporta de tranquilizar por completo las aguas con estas leyendas.
El caso con Piqué también hay que destacar. No tuvo quizás una despedida a la altura de sus compañeros, teniendo en cuenta que se fue en plena temporada, pero al menos ha logrado entablar una relación más formal con Laporta en los últimos meses. En especial en términos de negocios cuando las dos partes acordaron la cesión del Camp Nou para la disputa de algunos partidos de la Kings League. Un hecho que puede parecer menor, pero que al menos da a entender la ausencia de esas tensiones.
Laporta todavía insiste con las rebajas
Sin embargo, esto no quiere decir que no puedan producirse nuevas tensiones con los futbolistas que todavía siguen en la plantilla del FC Barcelona. La directiva necesita reducir lo máximo posible la masa salarial para estabilizar la situación financiera. Hay un plan de recortes bastante agresivo en diferentes secciones y departamentos del club, además de bajar los salarios de algunos jugadores durante el mercado de verano.
Los que están en la mira de Laporta son Frenkie de Jong y Marc-André Ter Stegen. En este sentido, el guardameta alemán reconoció en zona mixta tras el Barça-Mallorca que "en el club saben que siempre estamos dispuestos a escuchar y a comentar cosas". Además, también expresó que "la sensación que tengo es que ya hemos hecho muchos esfuerzos". Una declaración que apunta a que las negociaciones no serán del todo fáciles.