Este jueves se celebra la reunión decisiva que debe esclarecer el futuro del Camp Nou. A partir de las dos de la tarde se reúne la junta directiva del FC Barcelona en las oficinas del club para deliberar sobre el Espai Barça, cuya financiación todavía está pendiente de aprobarse, y sobre el caso Negreira, probablemente el escándalo institucional culé más grande en lo que va del Siglo XXI, por encima del caso Neymar o las mociones de censura y dimisiones internas que sufrieron tanto el presidente Laporta, en 2008, como Bartomeu, en 2020, justo después de la pandemia. 

Entrantes frescos y veraniegos: giras definidas

Entre los manjares de un buen catering que está previsto para acompañar la reunión, donde posiblemente no falten unos buenos solomillos, como le gusta al presidente, la junta directiva debe decidir algunas cuestiones vitales que tienen en vilo al barcelonismo. Pero antes de entrar en materia gruesa, los directivos deberán aprobar aspectos algo menos trascendentales aunque muy necesarios como la gira de verano del primer equipo en Japón, la gira del femenino en México, los partidos amistosos que se celebrarán con un evidente afán recaudatorio y la evolución de los ingresos por patrocinios, que siguen estancados a pesar de las prometedoras promesas de Juli Guiu

 

Después de los distractivos entrantes, se dará paso a un primer plato mucho más apetecible. Se espera que Laporta ofrezca una explicación convincente a sus directivos sobre los pagos a Negreira, que él mismo autorizó y cuadriplicó en precio durante su primer mandato en la presidencia del club. Además, y sobre este mismo asunto, se debería concretar la fecha de la prometida comparecencia pública del presidente, donde hablará a los medios del escándalo arbitral después del clásico del 5 de abril.  

Primer y segundo plato, muy contundentes

Todavía más goloso será el segundo plato: la carnaza. Y es que, más allá de los intereses, morbo y curiosidades que suscita el escándalo de Negreira, el verdadero elemento que definiriá el devenir del FC Barcelona como entidad deportiva no es otro que el Espai Barça. Una cuestión mayor que se puede dividir en dos apartados principales.

Enríquez Negreira, en una imagen de archivo / Twitter

Enríquez Negreira, en una imagen de archivo / Twitter

El primero consistirá en dilucidar si realmente se tiran hacia adelante las obras de reforma del nuevo Camp Nou, a pesar de la oposición interna que, sin ser mayoritaria, existe en el club y en la propia junta directiva. Llegados a este punto, no se descarta la irrupción de posibles tensiones. El segundo, en caso de que se tome la decisión de seguir con los plazos previstos y empezar las obras en junio --siempre y cuando lleguen a tiempo las licencias definitivas, que todavía no están aprobadas--, pasa por votar el modelo de financiación que más conviene a la entidad pensando en presente y, sobre todo, en el futuro del club. 

Opciones de financiación 

En este sentido, hay al menos dos opciones sobre la mesa que se barajan para hacer efectivo el crédito de 1.500 millones que se aprobó en asamblea extraordinaria de socios. La primera es una evolución del acuerdo con Goldman Sachs heredado de Bartomeu: el Barça devolvería el dinero en tres pagos con intereses variables. 500 millones de euros de crédito bancario a corto plazo a un interés del 6%500 más a medio plazo un interés del 5% y, los últimos 500 millones, con la premisa de intentar reducir el interés por debajo del 5%, a pagar a largo plazo: en 25 años. 

El Camp Nou, abierto por las obras en la tercera grada / Víctor Malo - CULEMANIA

El Camp Nou, abierto por las obras en la tercera grada / Víctor Malo - CULEMANIA

La segunda opción, explicada en Ser Catalunya y alternativa a esa vía de financiación que ofrecen Goldman Sachs y JP Morgan, la propone el fondo de inversión Key Capital, que ya ayudó con las palancas y es muy cercano a Florentino Pérez: 650 millones a cinco años con un 7% de interés; 666 millones a 35 años al 5%; crédito subordinado de 550 millones a 30 años, a riesgo de que se generen muchos ingresos con el nuevo estadio y de que se alargue en el tiempo en caso de que no se genere tanto. 

Y de postre, ¿un poco de Messi? 

Se trata de dos modelos de devolución muy exigentes, ya que en el primer caso el club debería retornar 1.000 millones en un plazo relativamente corto de tiempo, de unos 10 o 15 años, mientras que los restantes 500 millones se podrían devolver con un margen mucho más cómodo de 25 años. En el segundo caso se devuelve más dinero a largo plazo, pero los intereses son algo más elevados. Muy alejados, ambos, del acuerdo al que se aspiraba inicialmente, consistente en devolver unos 80 millones anuales durante 30 años con una carencia inicial de cinco años

Javier Tebas, Leo Messi y Joan Laporta en un fotomontaje propio / CULEMANIA

Javier Tebas, Leo Messi y Joan Laporta en un fotomontaje propio / CULEMANIA

Seguramente, con semejante atracón de cuestiones capitales para el futuro del Barça, ni siquiera quedará espacio a los postres. Pero todo el mundo sabe que Laporta es de buen comer y un gran amante de la sobremesa. Así que no debe descartarse que aparezca el nombre de Leo Messi con los cafés. Su deseo es claro: desafiar la restrictiva estructura de la Liga que representa Javier Tebas y traer al astro argentino de vuelta a Barcelona para firmar una paz que solo el tiempo determinará si es ficticia o real.