Empieza movido este 2023 para Joan Laporta. El presidente del FC Barcelona tuvo el acierto --y no fue casualidad-- de ofrecer una rueda de prensa muy completa el pasado 9 de febrero, justo antes del tremendo estallido del Barçagate de Negreira, una noticia espantosa para la reputación del club que, casualmente, también salió a la luz en el peor momento: cuando mejor iban las cosas a nivel deportivo, justo antes de la eliminatoria contra el Manchester United y del triplete de clásicos que se jugarán en solo un mes. Al escarnio público que está sufriendo el Barça, especialmente desde Madrid, con el tema de los árbitros, se suman otro tipo de acusaciones, como las de Salvador Sostres que acabarán en querella, y fuertes presiones. Unas internas, desde la propia junta directiva del club; otras externas, encabezadas por el lobby del ladrillo.
"Es un tema de prestigio"
Las constructoras españolas están muy cabreadas con el Barça, cuya junta actual es mucho más próxima a los postulados independentistas que la anterior, representada por Josep María Bartomeu y Sandro Rosell. La elección de la constructora turca Limak cayó como un jarro de agua fría del que algunas de estas prestigiosas compañías del Ibex35 todavía no se han recuperado. Las filtraciones a El Confidencial que tanto se ha empecinado en desmentir el club --hasta tres comunicados públicos han emitido refutando sus artículos-- podrían ser solo el principio de unas presiones que pretenden apartar a Laporta de la presidencia del Barça.
La cuestión económica en este caso es lo de menos. Así lo explican fuentes del sector de la construcción a Culemanía: "Estamos hablando de las empresas más importantes de España, con unas cuentas auditadas inmaculadas, que tienen mucho poder, aunque seguramente no tanto como para quitar a un presidente de una entidad como el Barça. No les viene de una obra más o una obra menos con lo que generan estas empresas, pero es un tema de prestigio".
"Al menor problema pueden salir corriendo"
"Que la obra más importante del siglo en el Barça, y posiblemente en Cataluña, no la lleve a cabo una constructora de aquí, sino que acabe en manos de una empresa turca sin experiencia en España, ni en Europa, ni en estadios deportivos, no ha gustado en el sector. En Europa tenemos a las mejores constructoras del mundo y por una cuestión de dinero, donde tampoco haya tanta diferencia, el Barça opta por asumir un riesgo innecesario. Si a Limak le va mal, si Erdogan sale del poder en Turquía, si por lo que sea no puede cumplir con su acuerdo... no estamos hablando de una empresa europea, es turca, al menor problema puede salir corriendo y luego será mucho más difícil exigir responsabilidades. Muchas veces lo barato acaba saliendo caro. A mayor rentabilidad, mayor riesgo", aseguran las mismas fuentes.
Aunque el Barça ha desmentido por activa y por pasiva a El Confidencial, una clave que se ha destapado con estos desmentidos es que efectivamente la entidad azulgrana cambió las condiciones de licitación. En la etapa de Bartomeu había unas premisas mínimas establecidas para el concurso que se puso en marcha en 2017. Posteriormente, ya con la junta de Laporta, se modificaron los requisitos y pudo entrar Limak en juego, una empresa que no cumplía varias de las exigencias impuestas en el primer concurso. Esto es uno de los aspectos que más indignación ha generado entre las constructoras que entraron en la puja inicial, que llevan varios años destinando mucho dinero a la elaboración de los planos, el proyecto, materiales, presupuestos...
"Laporta se ha ganado unos enemigos peligrosos"
Las principales candidatas a la obra eran Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), que lideraba un consorcio junto a Comsa, y la UTE entre Ferrovial y Acciona, donde también entraban las catalanas Copisa, Sorigué, Copcisa y Rubau. También habían participado, aunque ya se habían caído del tramo final del concurso, la prestigiosa Vinci, francesa, y Sacyr. Estas han sido las principales derrotadas por Limak y la verdad es que no llevan bien la mala publicidad que esto les ha generado, según han comentado a Culemanía otras fuentes conocedoras del sector y también del entorno Barça.
"El Barça se ha metido en una situación complicada. La elección de la empresa turca, más pequeña y sin reputación que las españolas, no ha gustado nada. Laporta se ha ganado unos enemigos peligrosos en un momento delicado, con todo lo que ha salido de Negreira. Tebas no ha tardado en pedir su dimisión, la calificación de rating ha bajado otra vez a la BBB casi de inmediato y parece que a Goldman Sachs tampoco le ha gustado la elección de Limak. Esto está complicando la financiación del Espai Barça, hasta el punto de que no sería extraño que pronto encuentren una excusa para justificar una marcha atrás que vuelva a retrasar las obras", explican.
"Es un suicidio"
Una tercera fuente es todavía más contundente y asegura que "la elección de Limak es un suicidio para el Barça". "Se nota que quienes han tomado esta decisión entienden muy poco, por no decir nada, del sector. Además de que no me consta que ya se haya tramitado la licencia de obras mayores para empezar en junio, es evidente que los que han tomado esta decisión no saben lo que tienen entre manos. El papelito de 'esto te costará 900 millones y lo tienes listo en 18 meses' no se lo cree nadie, el papel lo aguanta todo".
"Para hacer esta obra en esos plazos necesitan por lo menos 1.000 trabajadores y aquí no los van a encontrar. ¿Van a fletar un avión para traerlos a todos? ¿Van a darlos de alta a todos en la Seguridad Social, con sus respectivos permisos de trabajo, contrato, cumpliendo los salarios del convenio español? Porque de otra forma no pueden hacerlo. No sé cómo trabajan en Turquía, pero en España está todo muy controlado. Si muere un obrero en unas obras, la contratante tiene responsabilidad subsidiaria. Yo he visto como trabajan allí y lo único que puedo decir es que las cosas valen lo que valen. Si Ferrovial o Fomento te dicen que son 1.250 millones es imposible que alguien te lo haga bien por 900. Nunca se ha llevado a cabo una remodelación tan ambiciosa; hacerlo así es un suicidio", sentencian.