Entre el patrimonio vinculado al FC Barcelona hay un elemento que nunca se menciona y que pasa desapercibido: el piso de Barcelona en el que el fundador del club, Joan Gamper, se quitó la vida el 30 de julio de 1930. Convertido en un hostal japonés, es posible pernoctar hoy en alguna de sus diminutas estancias… junto a la fotografía del malogrado emprendedor suizo. Espeluznante.
Gamper, nacido en Suiza y huérfano de madre a pronta edad, llegó a Barcelona con apenas 20 años para seguir su formación laboral y aprender castellano con el objetivo de hacer negocios con el mundo colonial africano. Sin embargo, como es sabido, quedó prendado de la ciudad, donde promovió la fundación del Barça en aquellos primeros años de fútbol en la metrópolis.
Gamper y el crac del 29
Pero más allá del fútbol, Gamper tenía otras inquietudes, y en Barcelona trabajó en Crédit Lyonnais, en la Compañía de Tranvías de Sarrià y como periodista, como recoge El árbol del Barça (Círculo Rojo, 2023). Y, en el mundo de los negocios, parecía que la vida le sonreía… aunque todo se empezó a torcer en su quinta y última etapa como presidente del Barça (1924-25), cuando fue acusado de incitar una pitada a la Marcha Real antes de un partido en Les Corts, lo que supuso la clausura del estadio y el exilio de Gamper.
Regresó a Cataluña tiempo después, pero entonces hizo unas inversiones equivocadas y se arruinó con el crac del 29. Fue demasiado para él. De modo que, tras unos meses depresivos, y aprovechando que su esposa, Emma Pilloud, había salido a comprar el almuerzo, se suicidó el 30 de julio de 1930 en su casa, el 3º 2ª del número 4 de la calle Girona de Barcelona. En su cama. En pijama.
Casa de Barca
Hoy, aquellas estancias que antaño respiraban tanto fútbol se han subdividido para aprovechar el espacio al máximo, tal como desveló la página Palabras de fútbol. La pensión japonesa, por cierto, se llama Casa de Barca, en alusión al club, y en una de sus diminutas habitaciones cuelga una pequeña fotografía de Gamper. Es un espacio decadente, apenas para dormir, y gestionado por el empresario Okazaki Tan para compatriotas nipones.