El 2024 se presenta como un año histórico para el FC Barcelona con la apertura –si se cumplen los plazos– del nuevo Camp Nou. Pero también es un año de efemérides en clave azulgrana, como el centenario de Mis memorias y consejos prácticos para el entrenamiento, el primer libro escrito por un futbolista del Barça. Lo firmó en 1924 Paulino Alcántara, el máximo goleador azulgrana hasta la aparición de Leo Messi.
La vida de Paulino Alcántara quedó recogida en el artículo Paulino Alcántara, el ‘crack’ del Barça al que Leo Messi sacó del ostracismo, del mismo modo que está ampliada en el libro El árbol del Barça (Círculo Rojo, 2023). Sin embargo, en esta ocasión, y coincidiendo con el centenario de su libro, es buen momento para hablar en profundidad de esta obra, prologada por Sixto Espinosa Orozco, impresa en la Imprenta Garrofé de Barcelona y revisada por la censura militar. Su precio entonces: dos pesetas.
Todo comenzó una tarde con amigos
Las memorias de Alcántara son peculiares. En cierto modo, son como apuntes varios recopilados en un tomo, publicados a modo de agradecimiento y para explicar su verdad acerca de todo lo que se decía de él. Se nota, asimismo, que lo suyo no es la escritura, pues se pierde en detalles superfluos y omite otros pasajes –se disculpa por ello–, aunque con un lenguaje rico. No obstante, aporta una idea de su forma de ser y de su trayectoria hasta 1924, fecha de la publicación, no así de sus últimos años como futbolista, su carrera como médico y de su posicionamiento en la Guerra Civil (1936-39), en la que fue sanitario del bando franquista.
Mis memorias comienza con una breve mención a la situación geopolítica de su país de nacimiento, Filipinas, que estaba a punto de independizarse de España cuando él llegó al mundo. Y enseguida sitúa la acción en Barcelona, adonde llegó a muy corta edad y donde se crió. De hecho, desvela que su pasión por el fútbol le vino una tarde cualquiera en la que vio un partido con unos compañeros de clase, en 1908. Desde ese momento, se obsesionó, en el mal sentido, y no paró hasta que se compró un balón con la paga de sus padres. Pero entonces él, que bordeaba el raquitismo, sufrió una púrpura hemorrágica, por lo que los médicos le recomendaron que dejase de practicar deporte.
El viaje de estudios a Filipinas
Por lo que respecta a su etapa en el Barça, evidentemente la menciona, pero, sobre todo, dedica un buen puñado de líneas a su viaje en barco a Filipinas para estudiar Medicina. Fue por ello por lo que dejó el equipo azulgrana dos años, etapa que coincidió con el bajo rendimiento de la plantilla, por lo que el club le suplicó su regreso y ello acentuó su neurastenia: dejó de comer y de medicarse y se duchaba varias veces al día hasta que sus padres le dieron permiso para volver a Barcelona, según relata. De todos modos, en su país natal también jugó al fútbol y al ping-pong, porque las fuertes lluvias en esa zona del mundo durante los últimos meses del año hacían imposible practicar deporte al aire libre.
Para terminar, Mis memorias da unos consejos para la práctica deportiva. Unos consejos que nada tienen que ver con los entrenamientos de la actualidad, pues Alcántara recomienda, por ejemplo, dar una vuelta al campo, cinco minutos de gimnasia sueca, un esprint de 20 metros, salto a la cuerda y otro rato de gimnasia, salto de vallas y otra vuelta al campo, en esta ocasión con algunos instantes de esprint. Sea como sea, y tras mostrar su agradecimiento a sus maestros (Manolo Amechazurra, George Pattullo, Alexander Steel y el entrenador Jack Greenwell), anima en su epílogo a practicar deporte.