El Shakhtar Donetsk nunca fue una gran potencia, pero sí tuvo días de gloria. Catorce veces campeón de Ucrania, ganó la UEFA en la temporada 2008-09, la misma que el Barça conquistó su tercera Champions en Roma, al derrotar al Manchester United con goles de Eto'o y Messi. Tres meses después, el Shakhtar tuvo contra las cuerdas al conjunto de Pep Guardiola en la Supercopa de Europa.
El Barça, campeón de la Liga, la Copa del Rey, la Champions y la Supercopa de España, ambicionaba su quinto título en Mónaco. El Shakhtar fue su rival y todo parecía indicar que el equipo azulgrana ganaría sin grandes agobios. Nada más lejos de la realidad.
Mircea Lucescu, veterano técnico rumano, optó por un planteamiento muy defensivo y el Barça se atascó. El tiempo reglamentario terminó con empate (0-0) y muy pocas ocasiones de gol.
El gol de Pedro
El Barça, incómodo, perseveró. Y la Supercopa de Europa tuvo un desenlace sorprendente. Obsesionado con frenar a las grandes estrellas, Lucescu no contaba que Pedro sentenciaría al Shakhtar con un gol en la prórroga.
Pedro marcó su primer gran gol y el Barça ganó el quinto título de 2009. Tres meses y medio después, también con mucho sufrimiento, logró el Mundial de Clubes y se convirtió en el primer equipo que conquistó los seis títulos posibles en un mismo año.
El defensa que quería Guardiola
El Shakhtar era un rival al que temía Guardiola. En sus filas había un defensa que le gustaba mucho al técnico, Chigrinski, que ficharía por el Barça a cambio de 25 millones de euros. La suya fue una contratación errática y el defensa ucraniano solo estuvo un año en el Camp Nou. Pero el Barça de Guardiola ya había hecho historia.