¿Por dónde empezamos? No hay por dónde cogerlo, pero vayamos por partes. No se produjo el milagro en Milán, eso ya lo sabíamos, y es que el Barça llegó a este extremo por méritos propios y unas actuaciones arbitrales que también han dejado mucho que desear.

Pero seamos críticos, los principales culpables son los que van de azul y grana. Otra vez han tropezado con la misma piedra y ésta todavía duele más que la anterior. Teníamos las expectativas muy altas y la dosis de realidad ha sido un golpe durísimo para todos. Dos temporadas sin Messi y dos temporadas en la Europa League. Fuera a las primeras de cambio. Es vergonzoso que, con lo gastado este verano, nos veamos en esta situación.

Hoy quisiera recordar que en su día Laporta dijo que perder tendría consecuencias y que no habría temporadas de transición. Pues lo llevamos claro, y no es que tenga ganas de quemarlo todo, pero entonando un discurso populista como el que entonó tras el partido ante el Bayern, sólo hace que minimizar unos daños que aún pueden ser mucho peores.

Solo espero que esta eliminación no pase factura en el resto de competiciones. La Europa League debe ser un objetivo real aunque nos dé pereza y haya equipos que también puedan pintarnos la cara. La Europa League puede ser un gran complemento si se acaba ganando la Liga y la Copa. La Europa League será ideal para completar el triplete que nos falta. Es triste, pero es así. Somos el Barça y nos levantaremos.