La salida de Íñigo Martínez puede aliviar otros nominados. Así como contratos con el gobierno del Congo que poco tienen que ver con el lema Més que un club o ser los precursores de lucir el logo de Unicef en la camiseta. Sea como sea, en la vida no hay nada casual.
Ciertamente, un poco aburrida de hablar, escribir y escuchar sobre el caso Ter Stegen, es evidente que todo son vasos comunicantes. El portero alemán, que dista mucho de volver a ser un crack y como capitán deja mucho que desear, ha dado una lección a la directiva: no pasar por el aro y no perdonar ni un euro. Y, volviendo a los vasos comunicantes, como en el periodismo, nada es casual. La salida del vasco se producía justo después y en medio de una crisis de conflicto con Ter Stegen que requería de otra vía rápida para empezar a solucionar los problemas de inscripción de jugadores.
Y, en este efecto dominó, si las cosas no cambian, todavía quedan algunos capítulos para escribir. De entrada, es evidente que no se pueden sacar a Ronald Araújo porque no hay nadie dispuesto, de momento, a pagar tanta pasta por un defensa tan sumamente malo, vulgar y engreído. De este modo, el peldaño se deberá subir un poco más. Desde el club, llevan semanas intentando colocar a Marc Casadó. La necesidad provoca acciones inimaginables, pero volvemos al lema del presidente Laporta: el club está por encima de todo.
Actualmente, el jugador del FC Barcelona viene de prorrogar su contrato hasta 2028. La renovación se hizo oficial el 21 de junio de 2024. Su contrato anterior expiraba en 2024, con una opción a una temporada adicional. El nuevo compromiso incluye una cláusula de rescisión de 100 millones de euros. El estallido de esta temporada deja muy buen sabor de boca y la Premier podría ser un destino factible. Ojalá, los Congos y otros temas superfluos ayuden a no llevar a cabo una salida que rompería, una vez más, con un perfil idóneo para seguir defendiendo los colores desde la cabeza, pero también desde el corazón.