Joan Laporta lo ha vuelto a hacer. Una vez más, el presidente del FC Barcelona ha perdido la fuerza por la boca. Una vez más, ha incumplido una promesa que insinuó de forma pública durante la última reunión del senado del club y que fue filtrada de forma descontrolada desde diferentes canales internos del Barça. Una vez más, el bueno de Jan ha dado un acuerdo por cerrado sin existir ningún documento firmado. Como diría su amigo Pedrerol, Laporta ha quedado retratado

Hay un conocido dicho catalán que viene al pelo para la ocasión: no diguis blat fins que sigui al sac i ben lligat (no digas trigo hasta que esté en el saco y bien atado). El dar por sentadas cosas que todavía no han ocurrido se ha convertido en un error habitual de Laporta en esta segunda etapa al frente de la presidencia del club, marcada por los vaivenes, la improvisación y los giros de guion más bruscos. Los han sufrido en sus propias carnes figuras emblemáticas como Leo Messi, Ronald Koeman, Xavi Hernández o los socios del Barça con el permanentemente aplazado regreso al Camp NouNico Williams y el Athletic Club se ríen ahora del Barça. 

La gestión del caso ha sido esperpéntica y, como alertábamos anoche en Culemanía, la historia se ha repetido. Nos referíamos ayer a que la pelota estaba en el tejado de Nico, lo que no pensábamos es que la bajaría tan deprisa y mediante una decisión tan drástica para los intereses culés. 

El modus operandi es muy similar al del año pasado. Nico se ofrece al Barça --a través de su agente, Félix Tainta--; el club, que estaba cerrado en banda y perjuraba que su tren ya pasó, se deja engatusar, cambia de idea y negocia las condiciones para su incorporación; Nico acepta las condiciones contractuales que tenían pactadas el año pasado y el Barça empieza a filtrar que "Nico ha dado el primer paso". Que se había bajado los pantalones, vamos. Luego Tainta exige unas garantías en caso de no poder ser inscrito y el club se niega a darle la carta de libertad en caso de que eso ocurra. El Barça no se puede arriesgar a tirar 62 millones a la basura. La pelota queda, otra vez, en el tejado de Nico. Y Nico toma, de nuevo, la misma decisión que hace un año: se queda en Bilbao. Pero esta vez lo hace con una renovación al alza, hasta 2035 y con una cláusula de unos 90 millones. Puerta definitivamente cerrada. O no.

Al parecer no gustó demasiado a Nico que se filtrase que se había bajado los pantalones. Que otra vez se hablase en todas partes de él debido a la escasa discreción de la cúpula culé. Las formas no han sido las mejores. Todo el mundo en Barcelona aseguraba que el extremo navarro se había ofrecido al Barça. Que iba loco por venir al Barça. Que su fichaje estaba hecho por el Barça. También en Culemanía manejábamos esa información. Incluso se nos explicó cuál sería la vía para pagar su cláusula de 58 millones más IPC: el dinero del signing bonus de Nike. Lo tenían muy claro en el club pero habían vuelto a cometer un error de principiantes: confiar en la palabra de un agente. 

Félix Tainta ha dado una lección de negociación a Deco. Le hizo creer que Nico estaba desesperado vestir de azulgrana con Lamine. Cuando convenció al Barça y pactaron las condiciones contractuales, Jon Uriarte activó la maquinaria del Athletic. Se fue a las oficinas de Tebas en la Liga y sembró dudas con la situación económica del Barça. Nico se acongojó. Tainta exigió garantías a Deco. El Barça se negó y el agente vasco utilizó toda la escenografía para sacarle el mejor contrato de la historia del Athletic a su representado. Una jugada perfecta y un resultado indiscutible: Uriarte ha ganado la partida a Laporta, que se tiene que haber quedado con cara de pardillo. 

Pero tampoco podemos aplaudir al menor de los Williams, que no solo se ha reído de Laporta y Deco. Nico ayudó a inflar el globo metiendo toda la carne en el asador a través de sus compañeros de la selección que juegan en el Barça: incontables stories y mensajes de Lamine, también de Pedri, de Ferran, de Dani Olmo, de Raphinha... Todos ellos han alimentado estos días la posibilidad de que Nico fichase por el Barça. Nico se ha reído del club, pero también se ha reído de todos ellos. Sus amigos