Cuando más parecía que este verano estaría marcado por el debate y la llegada de un extremo que pudiera dar descanso y competencia a Raphinha y Lamine Yamal o en la posible salida de Araujo, la secretaría técnica del Barça ha decidido abrir el melón de la portería y de quién debe ser su titular.

Evidentemente, todo esto nace de una oportunidad de mercado en forma de Joan García, el portero de moda de esta temporada, de 24 años, que tiene una cláusula de rescisión asequible para un grande como es el Barça, y que, sin esperarlo, permitiría una renovación y rejuvenecer la portería del Camp Nou, una oportunidad que el club debe y quiere aprovechar en los próximos días.

Justamente, sin la irrupción de García, parecía que el Barça tendría la portería perfectamente cubierta con un Ter Stegen que regresa tras una grave lesión y un Szczesny muy comprometido y recuperado para la causa, aunque su llegada comporta la salida de Iñaki Peña, que ha sido el gran damnificado de esta temporada con el polaco bajo palos.

Podría parecer que con la llegada del guardameta del Espanyol quién debería hacer las maletas sería Szczesny, dada su edad, tipo de juego y porque llegó únicamente para cubrir la baja de Ter Stegen, quién sobre el papel debería hacer dupla con Joan García, garantizando una buena continuidad y el traspaso hacia la siguiente generación.

El problema de todo esto es que Joan Garcia quiere jugar, algo completamente lógico y comprensible con un portero titular de 24 años que ha sido designado como uno de los mejores de la Liga, y que, además, se suma a que Ter Stegen nunca ha sido un buen suplente, solo hay que recordar como terminó su competencia con Claudio Bravo o sus declaraciones esta temporada anunciando su vuelta y querer regresar a la titularidad.

Evidentemente, ante este escenario, el club plantea la salida del capitán blaugrana, con Joan Garcia y Szczesny en el equipo, aprovechando así para aligerar la masa salarial de la plantilla prescindiendo de la ficha de Ter Stegen, con el que se está siendo un poco injusto.

Es cierto que se trata de una oportunidad de mercado y que el club debe pensar en él mismo y en su futuro, por lo que la operación es perfectamente correcta, pero es injusto futbolísticamente que tras una grave lesión Ter Stegen no pueda volver a demostrar lo que vale y que quiere seguir en el Barça. Más injusta está siendo una pequeña parte de la afición, haciendo Trending Topic el #TerStegenOut y recordando errores del portero, como si todas las derrotas hubieran sido su culpa y olvidando lo mucho que ha dado al club a lo largo de esta década, en la que ha demostrado ser uno de los mejores porteros que han pasado por el Barça.

Ter Stegen quiere jugar el Mundial, por lo que puede plantearse perfectamente su salida si el club quiere dar la titularidad a Joan Garcia, aunque esto será decisión de Flick, y si termina decidiendo abandonar el Barça el club deberá despedirlo con los honores que merece un capitán y jugador como él, evitando que salga como lo hizo Sergi Roberto el año pasado.

También hay que tener en cuenta que parece un poco arriesgado cambiar un Ter Stegen tan consolidado por un Joan Garcia que, calidad al margen que la tiene, deberá demostrar estar preparado y adaptarse al cambio, no es lo mismo defender la portería del Espanyol que la del Barça y adaptarse al juego culé, donde el portero debe jugar con los pies y parar las dos claras ocasiones que tiene el rival.

Entiendo perfectamente la decepción de la afición del Espanyol y su posible enfado, pero hay límites que no se deben cruzar, al final Joan Garcia está decidiendo lo que es mejor para él dejando 25 millones en las arcas del club, con lo que estos ataques personales y amenazas de unos pocos deben ser condenadas siempre y sin fisuras. Nos podemos hacer una pregunta. Si estuviéramos en el lugar de Joan Garcia, ¿qué haríamos? ¿Escogeríamos quedarnos en nuestra casa, con nuestra familia y amigos en la preciosa Barcelona o haríamos las maletas al lluvioso Reino Unido lejos de los nuestros?

Seamos comprensivos también los culés porque ahora todo son risas, pero cuando los errores lleguen, que llegarán, habrá que estar al lado de nuestros jugadores, de los que debemos despedirnos de la forma que merecen y apoyarlos siempre mientras vistan esta camiseta. Este es el punto diferencial que nos mantendrá siendo “més que un club”.