Misión cumplida en el infierno de Belgrado. Un Barça voraz conseguía una nueva manita contra un rival que no puso demasiadas dificultades. Pero, a pesar de la diferencia entre plantillas, tampoco podemos normalizar el gran momento goleador del equipo blaugrana.
Empieza a ser habitual ver cómo los de Flick superan, al menos, los tres goles por partido y jornada tras jornada. Lo que la pasada temporada era un hecho excepcional, lo han convertido en la tónica de éste curso. Con esta efectividad en la delantera y, evidentemente, también con este nivel defensivo, es difícil que los partidos se escapen en la Liga, en la Champions o en la competición que sea. Da igual el rival, ahora mismo no hay ningún otro equipo en el mundo que, en condiciones normales, tenga esta virtud de hacerlo todo tan fácil.
El Barça desespera y aplasta a todos sus rivales. Lo hace a través del control del balón, de las transiciones, con la presión y avanzando la defensa en medio del campo. Este Barça es muy atrevido y, de momento, está viendo recompensada su valentía. Que esto no se detenga. Ahora habrá que hacer los deberes en Anoeta, antes de un nuevo parón de selecciones, que esperemos que no se cobre a ninguna víctima antes de cerrar el año con un calendario que tampoco permitirá relajarnos.
Marc Casa-WOW
Es el jugador revelación de este inicio de curso. Marc Casadó se ha ganado por méritos propios ser uno de los futbolistas más alabados del Barça de Flick. El de Sant Pere de Vilamajor, que apenas tuvo oportunidades con Xavi, ha sufrido una metamorfosis difícil de explicar y todavía menos de adivinar.
Casadó, que hasta ahora destacaba por su entrega, carácter y liderazgo, también se ha destapado como un gran asistente en escenarios como el clásico contra el Madrid y el derbi contra el Espanyol. A medida que pasan los partidos sigue creciendo a marchas forzadas y dejándonos a todos sin adjetivos para elogiarlo.
Lo suyo tiene mucho de mérito, desde muy pequeño ha crecido con el ADN Barça y, cuando parecía que no llegaría a hacer carrera en el primer equipo, ha estallado para convertirse en una pieza indispensable para Hansi Flick. El fútbol, como la vida, es cuestión de paciencia, de trabajárselo mucho y de aprovechar las oportunidades y esto es lo que está haciendo un Marc Casadó que si sigue a este ritmo se convertirá en el líder de este equipo y en uno de los ídolos de la afición.
Un derbi sin cafeína
Al Barça no le hizo falta pulsar el acelerador para llevarse un derbi que, nuevamente, volvió a ser demasiado light. El Espanyol sólo tuvo opciones de acercarse cuando los azulgranas bajaron su intensidad e hicieron valer un marcador que al descanso ya ponía tierra de por medio.
Los jugadores del Barça son muy buenos, lo hacen todo muy fácil y con media hora son capaces de dejar resueltos los partidos. Pero en el derbi también quedó constancia de que, cuando se relajan en exceso, cualquiera los puede poner en problemas. La segunda mitad no me gustó, pero después de ganar al Sevilla, al Bayern y al Madrid con tanta contundencia, entiendo que se pueda rebajar la exigencia.
Por su parte, lo del Espanyol fue un querer y no poder. Lo probaron con corazón y jefe, pero tampoco les llegó. Nuevamente, por milímetros, el VAR los privó de cambiar el signo del partido, pero, nuevamente el VAR acertó. No entiendo a todos aquellos que lo critican, su discurso es ridículo.
Con todo, y como decía al inicio, el derbi volvió a ser demasiado descafeinado y a pesar de que a algunos culés ya les está bien, a mí me gustaría que los partidos contra el Espanyol fueran más igualados y con más rivalidad.