Por fin se ha acabado este inoportuno parón de selecciones y vuelve el fútbol de clubes sin que tengamos que lamentar demasiados contratiempos, más allá del sufrimiento padecido al ver salir cojeando a Lamine Yamal y Lewandowski y las vergonzosas declaraciones, una vez más, de Luis De La Fuente.
El Barça deberá tomar nota de la estrategia del Real Madrid de cara al próximo parón para salvaguardar la salud de sus futbolistas, pues al final es el club el que paga el sueldo, pero más allá de este debate que daría para un artículo entero, llega la hora de la verdad.
En unas horas el conjunto de Hansi Flick regresará a la competición recibiendo la visita del siempre peligroso Sevilla en Montjuïc, pero con la vista puesta en los próximos partidos, los que toda la afición está esperando, contra Bayern de Múnich y Real Madrid.
Durante estos últimos meses este nuevo Barça nos ha malacostumbrado a un ritmo y nivel de juego muy elevados, que nos han hecho soñar con conseguir las cotas más altas esta temporada. Pero tal y como dijo Calderón de la Barca, "que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son". Ahora toca dejar de soñar y trabajar para que sea una realidad.
Ciertamente sigue quedando un mundo para el final de temporada, pero ahora vienen los partidos que todo el mundo quiere jugar, aquellos que la afición no quiere perderse, con los platos fuertes de Bayern, la bestia negra de los blaugranas en Europa, y el eterno rival y máximo perseguidor en la Liga, como es el Real Madrid. Sin perder de vista el derbi contra el Espanyol. Una semana de alta intensidad que servirá para ver el potencial real del Barça de Hansi Flick.
El primer dolor de cabeza estará, a costa de las selecciones, en ver cómo el técnico alemán hace verdaderos malabares para salvaguardar a sus futbolistas: dar descanso y rotación a los más castigados por los compromisos internacionales, y sin exponer al equipo como ocurrió contra Osasuna.
Lamine Yamal y Lewandowski han sido los jugadores que más han sufrido este parón de selecciones, pero tampoco puede olvidarse que Koundé y Raphinha lo han jugado absolutamente todo, cuatro puntales claves para el Barça y Hansi Flick, que también ha visto como otros jugadores menos habituales también han sufrido las inclemencias de las selecciones. Véase el caso de Héctor Fort que ha disputado tres partidos o el de Casadó, con dos.
No será fácil, pero habrá que escoger muy bien cada rotación que se pueda hacer para garantizar el máximo nivel estos cuatro partidos, donde las buenas sensaciones que hemos tenido deben materializarse en victorias de prestigio a grandes rivales, que sirvan para enviar un fuerte mensaje a toda Europa de que el gran Barça ha regresado.
La noticia positiva es la más que posible vuelta de algunos lesionados, como son Fermín, posiblemente Dani Olmo e incluso, ver los primeros minutos después de mucho tiempo a Gavi, un regreso que toda la afición espera como si de un título se tratara, aunque con la incógnita de saber en qué estado estará. Seamos pacientes con un jugador muy joven que demostró un liderazgo y una entrega excepcional. Tanto él como Flick sabrán encontrar su mejor versión.
Resulta muy difícil decidir qué partido es más importante, especialmente entre Bayern y Madrid, rivales de mucha entidad y rivalidad, donde el Barça se juega mucho más que tres puntos.
También ha llegado la hora de la verdad para el president Joan Laporta, afrontando una asamblea convulsa y con polémica, donde la oposición pidió votar en contra sus presupuestos, con cruce de declaraciones entre los protagonistas del hoy y del mañana. Aunque el socio dio luz verde al máximo dirigente culé.
Sin duda también Laporta tiene un momento muy importante y donde, en los próximos días y meses, podrá ver hasta donde llega su credibilidad o donde alcanza el poder de su oposición, que por ahora tiene todavía demasiados nombres como para escuchar a una sola voz, pero que hace tiempo que demuestra un cierto malestar con la gestión del president y seguirá preparándose para unas hipotéticas elecciones a medida que se acerca el momento.
En los momentos complicados se forjan los más grandes, en los momentos difíciles emergen los líderes. Llega la hora de la verdad y los de Flick están preparados.