Se está creando mucha controversia entre la afición por el fichaje de Dani Olmo. Unos, se quejan de que es un jugador con un historial de lesiones muy preocupante. Otros, que es una obscenidad pagar casi 60 millones por un jugador que has visto crecer en tus faldas. Y los que más, que juega en una posición que tienes doblada y que jugadores como Fermín, Pedri o Gavi son del mismo perfil.

Sin embargo, lo cierto es que Olmo es un jugador que hace tiempo los técnicos del Barcelona iban monitorizando. Tanto es así que Xavi Hernández llegó a pedir su fichaje el verano pasado, buscando jugadores con ADN blaugrana y de rendimiento inmediato, ya que valoraba, ante todo, su polivalencia y capacidad goleadora --algo muy buscado entre los jugadores de mediocampo--. Sin embargo, desde el club le descartaron el fichaje por su alto precio, con una frase muy parecida al 'no pidas peras al olmo'.

Sin embargo, será porque Hansi Flick tiene más poder de convicción en las altas esferas o porque Deco se sabe mover muy bien entre bastidores del club, pero la realidad es que Olmo ya está aquí. Uno de los grandes triunfadores de la Eurocopa, que aprovechó la lesión de Pedri para afianzarse como titularísimo.

El fichaje de Olmo, siempre y cuando su maltrecho hombro izquierdo se lo permita, es toda una declaración de intenciones hacia aquellos que se habían acomodado en el mediocampo, creyéndose intocables. La llegada del jugador del Terrassa deja a Frenkie de Jong al borde del abismo y a Ilkay Gündogan en serios aprietos. Y es que Flick puede perdonar muchas cosas y hacer más de una concesión, pero la intensidad y el sacrificio son innegociables, y en eso los chavales de La Masía tienen para dar y regalar.

Con Olmo cerrado, queda aún pendiente algún refuerzo más para acabar de completar la plantilla, teniendo en cuenta que se han de activar las salidas de una puñetera vez. Por ahora, sólo se ha dado billete a Oriol Romeu, escaso margen para un club que necesita dinero fresco en los traspasos. En este sentido, Frenkie sigue apareciendo en todas las quinielas. El problema es que el holandés se ha convertido en más errante que nunca, haciendo caso omiso a todas las llamadas por parte del club. Su lesión además parece La historia interminable: pocas veces un esguince de tobillo deja a un jugador catorce semanas en el dique seco. Otros, como Vitor Roque, Clément Lenglet y Julián Araújo son directamente carne de cañón de cesión.

Y, por último, llegamos al culebrón del verano: Nico Williams. Uno podría pensar que su video en Lezama dando la bienvenida a los aficionados del Athletic pondría punto y final a la historia, pero desde el Barcelona se insiste en no dar por cerrada la carpeta. O el club tiene un as escondido en la manga o estamos directamente gobernados por un auténtico kamikaze. En poco más de quince días sabremos cuál es la respuesta.