Nadie tiene una bola de cristal para adivinar el futuro -rehúyan de las pitonisas de turno, la mayoría sólo quieren sacarles el dinero-, pero en Can Barça alguien se ha empeñado en dejar muchas pistas y señuelos por el camino. La marcha de Sergio Busquets ya pilló a más de uno a contrapié: el de Badia contaba con el plácet de los técnicos, era titular indiscutible y su capitanía era indiscutible. El adiós de Jordi Alba, si bien no ha sido tan sorprendente, sí que ha servido aún más para alimentar las dudas. Y es que no parece de recibo que Leo Messi llegue al FC Barcelona, coincidiendo con la marcha de dos de sus mejores amigos de la plantilla, los mismos que se fueron a cenar juntos en la Barceloneta en la última visita del crack argentino a la Ciudad Condal, los mismos que comparten fotos en Instagram con los encuentros con sus mujeres…

La despedida de Busquets y Alba dejan en entredicho, si no prácticamente resuelto, el futuro de Leo Messi, al menos en el Barcelona. Parecería obra de un mal guionista de Hollywood -que haberlos, haylos, por mucho que estén ahora amenazando una huelga-, que el delantero albiceleste aterrizara en el club, cuando sus dos mejores amigos se han ido prácticamente a la francesa.

Aquí, el sentido común, señala otro renglón, y no precisamente torcido como proclama Torcuato Luca de Tena. Ese último párrafo tiene un origen y un destino. El origen son los petrodólares y el destino, Arabia Saudí. Que los tres se vayan a jugar a un país remoto de Oriente Medio parece obra de un guionista poco original, con ganas de firmar un epílogo feliz a una historia plagada de éxitos. Como los Tres Mosqueteros de Dumas o Los Tres Amigos de Disney, este trío está llamado a recorrer de la mano sus últimos años futbolísticos, engordando sus cuentas corrientes "hasta el infinito y más allá".

Por cierto, para aquellos que se habían hecho ya ilusiones de, al menos, ir al desolado Estadio Olímpico de Montjuïc para ver de nuevo la figura del crack argentino paseando por la montaña, recordarles que la marcha de Busquets y Alba aligera tanta masa salarial, que el fair play está casi equilibrado a poco que hagan bien los deberes en las ventas. Eso quiere decir que el club estará en disposición de afrontar operaciones de calado, como la llegada de un pivote defensivo top, además de un lateral derecho en condiciones para que el bueno de Koundé no se nos enfade. Dos refuerzos que abrirán paso a una serie de retoques para dar el paso definitivo al asalto de Europa, a día de hoy el siguiente objetivo de Joan Laporta y los suyos.