Leo Messi ha vuelto. Nunca se fue, dirán algunos, con mucha razón. Y es que nunca se puede dudar del astro argentino, por mucho que llevase algunos partidos menos entonado que de costumbre. Solo le faltaba una ración de pócima mágica de la marmita, como a Obélix

A falta del druida Panorámix para ofrecerle ese brebaje que le devolviese su versión más letal, Messi tiró de un viejo conocido: el Sevilla. El conjunto andaluz es especialista en desatar las más salvajes iras del mejor futbolista del mundo y este sábado el Sánchez Pizjuán no fue una excepción

Habría que jugar más a menudo contra el Sevilla. Es un equipo espectacular, capaz de despertar al Barça más adormilado y mantenerlo en tensión. Parecía imposible viendo la bochornosa primera parte de los blaugranas. Menos mal que existe Messi. Menos mal que lo tenemos en el Barça. Y por muchos años. 

La leyenda viva y en activo más grande de la historia del fútbol la tiene tomada con el conjunto de Nervión. Y este 23F fue el día escogido por Messi para pegar un golpe de Estado en la Liga y marcar una colección de nuevos registros: su hat-trick número 50 y su gol 36 a lo largo de los 37 partidos que ha jugado contra el Sevilla

Pero el de goles no fue el único hat-trick que anotó el delantero que firmó Charly Rexach en una servilleta. También rubricó otro. Messi recuperó el carácter, resucitó al Barça y calentó el clásico. 

Hay que decir que en los primeros minutos, el Barça estaba desencajado. Y Messi no parecía la excepción. De hecho, el primer gol del Sevilla, de Jesús Navas, nace a raíz de una pérdida del crack albiceleste. Fue a raíz de ese tanto cuando Obélix tomó la pócima mágica y pegó ese mazazo demoledor. La clave para una conexión paulatina del equipo que se confirmó en la segunda parte con dos goles más y el tanto de su gran y necesitado amigo Suárez

Y si en la primera parte algunos nos echábamos las manos a la cabeza pensando "y ahora vamos a Madrid", tras el partido nos frotamos las mismas manos pensando "qué bien, nos vamos a Madrid con Messi a tope". Y ya se sabe que si el Sánchez Pizjuan se le da bien... el Bernabéu todavía mejor. 

En esa línea se manifestó el genio rosarino tras el partido al ser preguntado por el clásico de Copa: "Nosotros no tiramos ninguna competición. Es un partido que será durísimo porque es el Madrid y en su cancha, pero tenemos que ir a ganar y confiamos en que lo podemos hacer". 

Palabra del señor.