Pep Guardiola está tocado. Desesperado. No encuentra soluciones el técnico de Santpedor para frenar la caída del Manchester City, más preocupante en la Premier que en la Champions. El martes, el equipo azul tenía la gran oportunidad de cortar su mala racha, pero empató un partido que dominaba claramente (3-3).
El Manchester City ha encjado 17 goles en los últimos seis partidos. El Tottenham le metió cuatro en el Etihad, uno más que el Feyenoord el martes. Los neerlandeses anotaron sus tres tantos en los últimos 15 minutos y Guardiola acabó tan desesperado como demacrado.
Los arañazos
Guardiola estaba desencajado y demacrado, con su cabeza llena de arañazos, tras un desenlace tan inesperado como frustrante. En Europa, el Manchester City suma 8 puntos en cinco partidos y ocupa el puesto número 15 de la clasificación de la Champions.
Terminado el partido, Guardiola no podía disimular su frustración. "No hace falta decirles nada [a los jugadores]. Ellos lo saben perfectamente", manifestó el exentrenador del Barça en rueda de prensa.
El mensaje
"No sé si es mental. El primer gol no puede pasar y el segundo, tampoco. Estábamos desesperados por ganar y hacerlo bien... lo hacemos bien pero no ganamos partidos. La situación es la que es. Hicimos un buen partido, pero a este nivel no podemos regalarles nada", añadió el técnico del Manchester City.
La peor crisis de Guardiola en el Manchester City coincide con la renovación de su contrato. Lesionado de graveda Rodri y con De Bruyne lejos de su mejor forma, al equipo le falta un líder. Las estadísticas son crueles y no engañan: hacía 61 años que el City no recibía dos o más goles en seis partidos consecutivos. Mal asunto.