La escalada de tensión entre la directiva de Joan Laporta y la Grada d'Animació del FC Barcelona alcanzó su clímax este martes en el partido de Champions League contra el Brest. El castigo a los grupos de animación fue palpable con una imagen clarividente: una grada totalmente vacía, de color blanco, como muestra de poder de la junta directiva.
En contra de lo que algunos esperaban, los grupos de animación asumieron esa represalía de manera respetuosa y honrosa. No se convocaron protestas, ni fuera ni dentro del Estadi Olímpic Lluís Companys. Ni se presentaron, ni se quejaron. Aunque, según ha podido saber Culemanía, alguno de sus miembros asistió al estadio a título personal, en su condición de abonado del Barça.
Mala idea
Mala jugada de Laporta. La ausencia de los grupos de animación por primera vez en un partido de Champions y en la semana del 125 aniversario no fue, posiblemente, la mejor idea. Primero, porque una jornada de celebración no parece la más indicada para escenificar un conflicto entre la junta directiva y una parte muy relevante de su afición.
En segundo lugar, pudo ser un grave error porque quedó patente lo desangelado que queda el estadio cuando no están los responsables de animar. Son el alma que mantiene el calor de una afición históricamente fría. Ante el Brest, aunque hubo un lleno considerable (46.317 espectadores), no fue fácil silenciar a los hinchas brestois sin la Grada.
La ruidosa afición del Brest
En partidos de Champions la UEFA obliga a que el 5% del aforo se destine a la afición visitante. En el caso de Montjuïc, el Barça reserva 2.650 entradas a los rivales (es el 5% de 53.000, una cifra de aforo que no es la oficial).
Son muchos más hinchas visitantes de los que se reciben en cualquier partido de Liga y, en consecuencia, hacen mucho más ruido que las aficiones españolas. Los brestois no cesaron de animar en todo el partido, cantando y botando sin parar, se hicieron notar más que la afición culé en muchos momentos. Se echó en falta a la Grada.
El Barça hizo oficial este martes la decisión de excluir a los cuatro grupos de animación --Almogàvers, Supporters FCB, Nostra Ensenya y Front 532-- del partido contra el Brest al no pagar los 21.000 euros que exige la junta. La citada cifra se corresponde con el acumulado de sanciones de la temporada pasada que, por ahora, los miembros de la Grada se niegan a pagar.
Herencia de Bartomeu
A pesar de mostrarse contrarios a pagar la multa, los integrantes de la Grada no quieren más problemas con Laporta. Este martes aceptaron el castigo de la cúpula azulgrana sin protestas y, según ha podido saber Culemanía, seguirán insistiendo para sentarse con la junta directiva.
Llevan meses pidiendo una reunión que no llega y la junta parece decidida a disolver uno de los últimos activos de Bartomeu. La Grada, una idea dirigida por el exdirectivo Jordi Cardoner, es uno de los legados de la anterior junta directiva junto con el Barça Femenino o algunas de las estrellas que ahora brillan en el primer equipo azulgrana como Pedri, Gavi, Balde, Fermín, Cubarsí o Lamine Yamal. También otros jugadores ahora menos activos, como Araujo y De Jong, son herencia de la junta anterior.