La noche de Barcelona no es lo mismo sin Ronaldinho. La sonrisa del exfutbolista brasileño devolvió la ilusión al barcelonismo. Dio muchas noches de alegría. Dentro y fuera del campo. Durante la madrugada del 30 de agosto, la leyenda del Barça estuvo de fiesta en la costa de la capital catalana, en la discoteca Shoko.
Ronaldinho dejó a todo el mundo anonadado en la entrada del local con su presencia. Se presentó a Shoko con un outfit completamente blanco, ibicenco, y unas bermudas negras. Apareció con su mítica boina, que ya nunca se quita, y con unas gafas de sol colgando de la camisa. Saludó a todo aquel que quiso. Barcelona siempre le trae bonitos recuerdos.
La ciudad condal echaba de menos a Ronaldinho Gaúcho. La última vez que se le vio fue en el municipio costero de Castelldefels. El ayuntamiento, con el Partido Popular y Som Castelldefels al frente, estrenó un Paseo de las Estrellas. Las dos primeras placas fueron para el FC Barcelona y para Ronnie, que residió en Castefa.
Baño de masas
La leyenda del Barça estuvo acompañada por el presidente Joan Laporta. Ambos se dieron un baño de masas. Fueron recibidos con mucho cariño por la población. Ronaldinho se entregó a la gente con sus palabras: "Estoy contento de estar aquí. Castelldefels es mi casa. Aunque no esté en el Barça, continúa siendo mi casa. Siempre que vengo a Barcelona es aquí donde me quedo. Son todos mis vecinos, los conozco a casi todos".
"Castelldefels es una ciudad muy divertida, con mucha oferta para que los jóvenes se diviertan. Tiene algo especial porque muchos jugadores del Barça eligen vivir aquí, cerca de Barcelona y con paz y tranquilidad", manifestó el presidente del club azulgrana. Es precisamente lo que echa de menos Ronnie, que pasó su viernes noche en Shoko.