Francia está de celebración. Los dirigidos por Didier Deschamps firmaron su boleto a los cuartos de final de la Eurocopa, después de superar (1-0) a Bélgica en la mágica noche de Julés Koundé. Pero entre esa alegría del cuadro galo destaca el sorprendente desaparecimiento de Ousmane Dembelé en el mapa francés. No solo por quedar apartado en el planteamiento inicial del partido, sino también por no disputar ni un solo minuto de los octavos de final.
Deschamps decidió sorprender con un cambio de sistema. Del característico 4-3-3 o 4-2-3-1 que mostraron en la fase de grupos a jugar con 4-4-2 en rombo, donde las principales figuras de ataque fueron Griezmann, Thuram y Mbappé, de bajo rendimiento en todo el compromiso. La selección de Francia no tuvo tantas oportunidades de gol, especialmente porque priorizaron más el control y el bajo ritmo en la mitad de cancha.
Aunque el encuentro se fue complicando en la segunda mitad, el entrenador del cuadro francés decidió pasar de Dembelé y en cambio apostó por Kolo Muani, que se vistió de héroe con un disparo --desviado en Vertonghen-- que representó el tanto de la victoria para los suyos. Fue la única sustitución de Deschamps en el compromiso, lo que deja en evidencia al exjugador del FC Barcelona por su nula influencia en la selección.
Koundé brilla en octavos
El enorme problema de Dembelé contrasta enormemente con un Jules Koundé que ha brillado en los octavos de final. El jugador del Barça fue nombrado como el MVP del encuentro contra Bélgica, debido a su contundencia defensiva y aportación en campo rival. Como lateral derecho dio mucho juego ofensivo a la selección francesa, además de demostrar un gran dominio en los duelos contra Jeremy Doku.
La Francia de Koundé se clasifica a los cuartos de final con poco fiabilidad colectiva, pero con grandes rendimientos individuales. El siguiente paso de los galos es enfrentarse a Portugal, que superó con mucho sufrimiento a Eslovenia en la tanda de penaltis. El duelo será el próximo viernes 5 de julio a las 21.00 horas.