La historia de amor entre Leo Messi y el FC Barcelona escribió sus primeros capítulos sobre una servilleta en el club de tenis Pompeia. El futuro del astro argentino con tan solo 13 años pendía de un papel tan volátil que se podía echar a perder con tan solo derramar unas gotas de agua. Carles Rexach, alias Charly, por aquel entonces director técnico, el agente Josep Maria Minguella y Horacio Gaggioli estamparon su firma para constatar el acuerdo con Jorge Messi. Con el tiempo, el valor de un papel anecdótico ha alcanzado unas cotas inimaginables dos décadas atrás. Y ha sido motivo de fricciones entre el propio Minguella y su actual poseedor, Gaggioli.
El representante encargado de traer a la familia de Messi a Barcelona e impulsor del pacto firmado un 14 de diciembre de 2020 repasó la cronología de la incorporación de la pulga en el programa Onze, de Esport 3: "Cuando llega Rochemback, no tenía carnet de conducir y Horacio hizo de chófer. Cuando llegan los Messi, pagados por Minguella toda la familia porque el Barça no ponía un duro, los colocamos en el hotel de la Plaza España y el chaval empieza a entrenar. Pasan tres semanas y el Barça no se decide. Uno decía que sí y otro decía que no en el fútbol base. Horacio haciendo de chófer arriba y abajo".
Rexach dio el visto bueno
"Me vienen y me dicen que si no hay una decisión se vuelve a Argentina. Entonces, a un tal Minguella se le ocurre pensar 'a ver, ¿Cómo arreglamos esto?'. Yo llamo a Charlie Rexach y le digo 'tengo un problema. Tengo un niño en el fútbol base que está entrenando, lleva tres semanas y no me dan bola'. Me preguntó por su nombre y montó un partido para el martes siguiente en la Ciutat Esportiva. En los campos al lado del Miniestadi a las cinco de la tarde. Cuando Charly lo vio, al cabo del rato, me preguntó: '¿Tú arreglarás la parte económica?'. Le dije que sí, que ya nos arreglaríamos", presumió el agente de jugadores de haber llevado las riendas en la llegada de Leo.
Jorge Messi llevaba días inquieto porque el club no le daba una respuesta definitiva. Con tal de calmar el desasosiego, Minguella tuvo la epifanía de hacer los formalismos en un papel simbólico: "A la familia Messi ya le había dicho que estaba todo bien. Entonces se me ocurrió a mí para tranquilizarlos, ¿Por qué no ponemos un papel que tú digas que tal? La administración estaba cerrada y entonces el único papel que había era una servilleta del bar. Charly Rexach lo coge y con su letra escribe lo que escribe. Firmamos Horacio y yo también. Ese papel debió quedarse ahí en mi despacho, que era una desorganización total. Jorge Messi ha estado siempre muy agradecido con Charly porque él había sido quien había dado el 'okay'.
Subasta polémica
Para culminar la historieta, Minguella atizó a Horacio Gaggioli, quien en un pasado ejercía de chófer y que en la actualidad pretende sacar rédito económico de su conquista. La famosa servilleta de Messi saldrá a subasta por un precio de salida de 350.000 euros si el representante no lo evita por la vía judicial.
"Este crack que es Horacio, por decirlo entre comillas, se fue a vivir a Andorra, seguramente porque no le gustaba pagar impuestos. Igual lo debió coger de recuerdo y no sabía lo que podía valer. Yo siempre había dicho que debía estar en el museo del Barça. He hablado con un bufete de abogados para saber cómo se puede detener la subasta. Estoy esperando el informe jurídico para que me digan si se puede parar. Si al menos hubiera dicho que lo donaría a una ONG..., pero el tío ha hecho esto por su cuenta y sin decír nada. Ya está bien, es el que menos pinta aquí. Está Charly como hombre del Barça y yo que pagué los billetes y traje al jugador", sentenció Minguella.