Xavi Hernández brilló como uno de los muchos faros que guiaban al FC Barcelona en la época esplendorosa de Pep Guardiola como técnico azulgrana. Sin embargo, la etapa de entrenador no es tan gratificante como la de jugador. Y cuando los resultados y el juego no acompañan, los focos apuntan al banquillo que ocupa la leyenda barcelonista.
En los últimos días, ha salido a la luz una frase del exfutbolista catalán en 2018, cuando el futuro míster azulgrana recordaba el tiki-taka que había propiciado la hegemonía del Barça de Pep entre 2008 y 2012. Con el debate sobre el ADN y la identidad de juego al rojo vivo, muchos culés se cuestionan si el club tendría que evolucionar su filosofía sobre el campo para adaptarse a los nuevos tiempos. Y más, en plena crisis de resultados.
"Nosotros creemos en esta filosofía, perfeccionada cada año que pasa o cada entrenador que viene incluso la perfeccionará un poco más. Pero cuando vayamos mal, espero que sea dentro de 200 años, no debemos caer en la trampa ni en debates absurdos de que debemos cambiar la filosofía de juego. Nunca debemos cambiar esa filosofía tan reconocida, nunca", dijo el técnico egarense en 2018, con sus palabras para el documental Take The Ball Pass The Ball. El largometraje trataba la época del Barça de Pep Guardiola que dominó el mundo del fútbol durante cuatro años.
Reinventarse o morir
A pesar de haber alzado una Liga y una Supercopa españolas como técnico, esta temporada Xavi no ha conseguido impulsar definitivamente al Barça. El cuadro azulgrana se ha estancado en competición doméstica. Fichajes de relumbrón como Ilkay Gundogan, Joao Cancelo o Joao Félix no han logrado evolucionar al equipo de la campaña anterior a la actual.
Xavi Hernández anima a los jugadores del Barça en el entreno de puertas abiertas
¿Debe pasar página Xavi de la filosofía de juego que lo encumbró como uno de los mejores centrocampistas de la historia? La crisis de rendimiento del primer equipo puede proceder de dos factores: el mensaje del técnico no cala en los futbolistas, que no plasman la idea de juego como el míster querría, o bien el modelo que propone el entrenador ha quedado desfasado y debe mutar.