Vuelve el capricho de Guardiola que costó 25 millones al Barça

"No digo nunca que jugué en el Barça, digo que estuve en el Barça. Es diferente. Porque para decir que has jugado en el Barça debes haber sido algo importante. Lo mío fue más simbólico". Eso dijo recientemente Dmitro Chygrynskiy, en una entrevista de hace unos meses, cuando le preguntaron por su futuro reencuentro con el Barça.

El conjunto culé se medirá este miércoles al Shakhtar Donetsk en la tercera jornada de la UEFA Champions League, en el partido que representará la vuelta del defensor ucraniano a la capital catalana. Tiene ya 36 años y se encuentra en el ocaso de su carrera futbolística, pero aún juega en la élite europea.

Paso testimonial por el Barça

Hay que decir que el paso de Chygrynskiy por el Barça fue testimonial. Llegó al Camp Nou en agosto del 2009 por 25 millones de euros. Lo hizo días después de jugar la final de la Supercopa de Europa con el Shakhtar frente al Barça, y tras haberse comprometido ya con el club azulgrana por petición de expresa de Pep Guardiola.

El de Santpedor había quedado encantado con la salida de balón del central ucraniano tras un doble enfrentamiento entre ambos equipos. "El primero que me habló del interés del Barça fue Jordi Cruyff, que era entrenador del Metalurg Donetsk y me comentó que Guardiola hablaba muy bien de mí".

"Tras ganar la UEFA, recibí la llamada del Barça y en pretemporada me llamó Guardiola y me dijo que quería que fuese la pareja de Piqué durante muchos años", recordó Chygrynskiy en una entrevista a Relevo.

Chygrynskiy nunca se adaptó

La realidad es que le costó adaptarse al juego culé. No podía jugar Champions porque ya lo había hecho con el Shakhtar y fue un habitual del banquillo, especialmente tras un partido que marcó su paso por el club, una derrota contra el Sevilla que acabó significando la eliminación de los de Pep Guardiola de la Copa del Rey.

Dmitro Chygrynskiy, en el banquillo del Camp Nou REDES

Un partido en el que se vieron sus costuras, sobre todo a campo abierto. Después de ello, ya todo fue viento en contra. Y acabó saliendo del Barça un año después, por 15 millones de euros, de nuevo rumbo al Shakhtar.