El Barça de basket parece que se está aficionando a las remontadas. Después de firmar su clasificación a la final de la Lliga Catalana con una notable vuelta ante el Girona, el equipo de Roger Grimau ha vuelto a aplicar el mismo guion de partido, pero con una alta dosis de sufrimiento. Los azulgranas fueron capaces de superar (81-79) al BAXI Manresa a partir de un sobresaliente tercer cuarto que compensó el resto del compromiso.
El Barça, de menos a más
Los primeros tramos del encuentro no fueron favorables para el cuadro culé. No solo por la baja precisión de los jugadores en esos minutos, sino por la diferencia en intensidad con respecto al BAXI Manresa. Esa misma dinámica se repitió en el segundo cuarto, siendo las pérdidas de balón uno de los mayores problemas del Barça hasta el descanso. La buena noticia para Grimau es la que distancia (34-47) no fue tan grande como lo que se vio en el tabloncillo, por lo que había margen para cambiar la situación.
El esfuerzo de Laprovíttola para sumar dos puntos con el Barça de Grimau
El cambio del Barça de basket se hizo sentir a partir del descanso. Los jugadores azulgranas estuvieron más concentrados y empezaron a recortar poco a poco la distancia en el marcador. Los triples empezaron a llegar por parte del lado culé, sobre todo a partir de la influencia de Abrines y Kalinic. Ese empujón descomunal del equipo en el tercer cuarto les permitió llegar al tramo final con la ventaja (66-58) a su favor.
Sufrimiento hasta el final
Sin embargo, el panorama no fue tan relajado para los azulgranas en el último cuarto. El BAXI Manresa tiró de orgullo para tratar de volver a comandar en el compromiso. Badio y Taylor inquietaron enormemente a la defensa del Barça con sus respectivas apariciones, lo que permitió a los suyos igualar el marcador a falta de pocos segundos. Cuando todo parecía indicar que el partido se iba a la prórroga, apareció un espectacular mate de Vesely a pase de Laprovíttola.
La última posesión fue para el rival, pero los nervios los consumieron, dejando al Barça de Roger Grimau con el primer título de la temporada. Una carta de presentación bastante optimista por parte del conjunto blaugrana, aunque con muchas cosas por mejorar en el camino si quieren competir por los principales trofeos.