El culé, indignado por las actuaciones arbitrales en el comienzo de Liga

El Barça consiguió el domingo su primera victoria de la temporada ante el Cádiz. El estreno oficial en el Estadi Lluís Companys estuvo marcado por la novedad en los accesos, la gran cifra de asistencia al estadio y sobre todo, la implicación de la afición, encabezada por la Grada d'Animació, para apoyar al equipo durante todo el partido. 

Los aficionados culés que asistieron al campo seguían irritados por los hechos ocurridos en la primera jornada en el Coliseum Alfonso Pérez. El discurso de Xavi Hernández posterior a aquel partido, en el que calificó de "vergüenza" al producto ofrecido por la Liga, fue defendido por todos los aficionados azulgranas, ya que consideran que hacía falta alzar la voz desde el club para mostrar indignación por el arbitraje de Soto Grado. 

Gritos de "Tebas vete ya" ante otro arbitraje polémico

Como el buen pastor que es Xavi para el barcelonismo, los aficionados trasladados mostraron su indignación hacia el colegiado desde la grada. Transcurrido un cuarto de hora de la primera parte del partido contra el Cadiz, y ante el primer gran error arbitral en contra del Barça, el Estadi Lluis Companys al completo, empezando por la Grada d'Animació y contagiando al resto del estadio, cantaron al unísono el clásico "Tebas, vete ya". Incluso los turistas que coparon las gradas, sin tener ni idea de su significado, se unieron a la protesta al ver el énfasis del resto de asistentes. 

Pero, ¿protestar sirve de algo? Parece que al Barça no. Ni las quejas del míster, ni las de la afición, sirvieron para cambiar la tónica arbitral vista en Getafe. Ante el Cádiz, Muñiz Ruiz señaló, en contra del Barça, las tres jugadas polémicas que hubo durante el partido. 

Pedri controla el balón ante un jugador del Cádiz EFE

Dos penaltis sin señalar y una jugada a lo 'Raphinha'

La primera jugada polémica llegó tras un empujón de Luis Hernández a Lamine Yamal dentro del área, cuando este ya lo había superado con su regate. Sin balón, el zaguero del Cádiz usó las manos para impedir que el rival llegara a portería. Ni el VAR avisó al colegiado, ni mucho menos se planteó señalar la pena máxima. El culé, comenzó a calentarse. 

Ya en la segunda parte, el mismo protagonista gaditano, agredía dentro del área a Lewandowski cuando el balón ni siquiera estaba cerca. Ni Muñiz Ruiz, ni los otros tres árbitros de campo, ni los tropecientos árbitros que se sientan en la sala VOR, apreciaron nada punible sobre el delantero polaco. 

Por si no fuera poco, y con la resaca de la expulsión de Raphinha la semana anterior por un codazo a Gastón, Abde recibió de la misma medicina. No habría problema, si el efecto de dicho medicamento hubiese sido el mismo que el que recibió el extremo brasileño. Para sorpresa de nadie, el criterio volvió a ser diferente. 

El equipo, irritado por la situación

Con estas tres acciones, sumadas a las dos vividas en Getafe (agresión de Damián Suárez a Gundogan y penalti no señalado sobre Araújo), han irritado al vestuario azulgrana. En la primera parte del encuentro, tres jugadores azulgrana recibieron una tarjeta amarilla por protestar al colegiado. Gavi, Pedri y Ter Stegen fueron castigados por reprochar a Muñiz Ruíz sus dudosas decisiones. 

Pédri, eufórico, celebra su gol al Cádiz EFE

Justificadísimas están las cartulinas se sacan por protestas airosas. No obstante, en el caso del guardameta azulgrana, que tenía todo el derecho del mundo a conversar con el colegiado al portar el brazalete de capitán, fue sancionado por el simple hecho de salir de la portería a hablar con Muñiz Ruíz. El Barça, con las evidencias que aporta la realización del encuentro, tiene argumentos más que suficientes para recurrir la amarilla y acabar con este inicio de liga tumultuoso.