El Manchester City ha puesto la directa hacia su primera Champions League gracias a un gol de Rodri Hernández. El centrocampista español, la reencarnación futbolística de Sergio Busquets, ha vuelto a erigirse en la válvula que conecta la defensa del equipo con la delantera. Ha hecho falta que el pivote internacional con la selección española emerja desde segunda línea para decantar la final europea.

Rodri celebra su gol al Inter EFE

Rodri ha irrumpido desde el balcón del área y ha enviado el balón ajustado al palo, imposible para el exazulgrana André Onana. Y es que la pelota se ha colado entre muchas camisetas neroazzurri

Salvador

Sin entrar en discusiones sobre si Rodri debería cambiarse el nombre de pila a Salvador, se ha convertido en el tranquilizante de la angustia de Pep Guardiola. El técnico de los sky blues ha terminado en el suelo arrodillado al presenciar un mano a mano de Lautaro Martínez con Ederson tras un error de Manuel Akanji.

El relevo natural de Busquets en el Barça ha tenido un papel decisivo en la gran cita continental, como era de esperar. Ante la falta de un referente como Kevin de Bruyne, que ha caído lesionado, ha aflorado la figura de Rodri. Para lamento de los culés más soñadores, el pivote de 26 años todavía permanecerá varios años más en el Etihad Stadium tras renovar con el City hasta 2027.

En shock

Tras terminar el partido, Rodri todavía no había asimilado la consecución de su primera Champions: "No me lo creo. Es impresionante, sobre todo por cómo se ha dado el partido".

A pesar de haber levantado un triplete, al centrocampista español todavía le daba para ser autocrítico: "En la primera parte he estado horrible. Impropio de mí pero el míster me ha animado y me ha dicho a la cara que he estado mal, que tenía que cambiar de mentalidad. Hemos luchado hasta el final. Tenía en mente pegarle fuerte pero en ese momento he dicho 'vas a tener una en todo el partido' y la he colocado".

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