La virulencia de la erupción del volcán de Cumbre Vieja en la isla de La Palma (Canarias) va en aumento en las últimas horas. Desde INVOLCAN señalan que se ha entrado en “una fase de mayor actividad explosiva” en las bocas de fuego abiertas, la cual conlleva una mayor expulsión de magma y gases al exterior.
Asimismo, el organismo ha alertado de un aumento en la intensidad de los temblores, motivo que habría provocado está mayor actividad eruptiva. Cabe recordar que la erupción que daba comienzo a las 15:12 hora local del domingo 19 de septiembre es consecuencia directa del enjambre sísmico que vive la isla desde el pasado 10 de septiembre.
Algo común
Según señala Meritxell Aulinas, especialista en petrología y geoquímica, y profesora de la facultad de Ciencies de la Terra de la UB, a Crónica Directo, el hecho de que se entre ahora en una fase de mayor actividad o explosividad se trata de un proceso totalmente común en una erupción estromboliana como la que se da en Cabeza de Vaca.
De hecho, Aulinas señala que en un episodio eruptivo estromboliano es posible registrar diferentes etapas o fases, asociadas a una mayor o menor intensidad en la expulsión del magma. En este sentido, destaca que la intensidad incidirá directamente en la altura de la columna eruptiva y hará varias sus dimensiones.
La lava se ralentiza
Por el momento, se calcula que el penacho alcanza una verticalidad que oscila en torno a los 3.000 metros. Cuanto a la tasa de dióxido de azufre (SO2) emitido a la atmósfera, los expertos coinciden en que se sitúa dentro de los valores normales con entre 8.000 y 10.600 toneladas diarias.
Con todo, mientras la explosión aumenta en virulencia, la colada de lava se ralentiza en su camino hacia el mar. En las últimas 24 horas, la cascada de fuego ha pasado de 700 metros por hora a apenas 15.