El turismo continúa siendo uno de los sectores más afectados por la pandemia del coronavirus. Tanto es así que, por el momento, los grandes iconos turísticos muestran una imagen absolutamente distinta a la que solían presentar antes del Covid-19.
Prueba de ello es Benidorm. La otrora meca para los británicos que llegaban a España en busca de sol, playa, calor y alguna que otra oportunidad de trabajo, se ha convertido ahora en un auténtico desierto laboral.
Viven con 20 euros en la cuenta del banco
Así lo asegura Lindsey Evers, una británica que llegó a España hace 10 años con su marido y sus tres hijos para ganarse la vida en el sector de la restauración y que ahora tan solo tiene 20 euros en el banco. De hecho, la pareja, que hasta marzo de 2020 había llevado "una vida acomodada", depende ahora del banco de alimentos y está a la espera de ser desahuciada.
Y es que la situación de precariedad en la que se encuentran les ha llevado a la ruina. De hecho, Evers afirma que su familia está a un paso de vivir en la calle. Una realidad que les ha obligado a replantearse el regreso a Reino Unido.
El Banco de Alimentos Británico
Sin embargo, los Evers no son los únicos ingleses que se encuentran en esta complicada tesitura. Según apunta la responsable del Banco de Alimentos Británico en Benidorm, ahora mismo hay 23 familias que dependen de la organización.
No obstante, reconoce que la situación ha mejorado durante los últimos meses dado que en la primera ola de la pandemia se ayudó a más de 100 núcleos familiares. En este sentido, destaca que el Banco de Alimentos gastó hasta 2.500 libras por semana con la misión de abastecer de comida a sus compatriotas en situación de vulnerabilidad. A fecha de hoy, la cifra se ha reducido hasta las 1.000 libras.