Carlos Sobera: "Hace falta ser idiota para pensar que se ha gestionado bien la pandemia"
El presentador, que estrena hoy 'El precio justo' en televisión, se sube a las tablas una vez más en la obra 'Asesinos todos'
5 abril, 2021 19:00Licenciado en Derecho y profesor de universidad, Carlos Sobera dio un cambio radical a su vida cuando apostó por la televisión. El giro no le fue nada mal. Convertido en uno de los presentadores estrella de Mediaset, acumula un proyecto tras otro y saca tiempo para subirse a los escenarios.
Desde febrero, el vasco interpreta a un funcionario de Hacienda algo cobarde en Asesinos todos, en el Teatro Reina Victoria de Madrid. Una obra que gira en torno a un asesinato (o dos) pero que tiene mucho humor.
Reflexiones y trabajo
A pocas horas del estreno de El precio justo, el presentador habla con Crónica Directo para hablar de su faceta como actor y de todos sus trabajos en televisión. Una conversación donde también reflexiona sobre la situación pandémica y la gestión que han hecho los gobernantes con ella.
--Pregunta: ¿Te gusta mucho tu oficio o es pura adicción al trabajo lo que no te detiene? Porque no paras...
--Respuesta: No lo planifico así. Cuando decidí hacer teatro y estrenar en febrero, contaba con estar haciendo First Dates y luego empezaba Supervivientes. En mayo acabo con la obra y así ya no se solapaban. Pero luego la vida se va complicando y llega un momento en el que quedas fuera de juego, ya no puedes tomar decisiones (bromea). La verdad es que el trabajo me divierte muchísimo y, en este sentido, no me quejo.
--¿Qué te da el teatro? Ya llevas unos años sobre las tablas.
--Primero, me posibilita desarrollar mi faceta como actor, porque en televisión me dedico exclusivamente a presentar programas, lo cual me permite crecer mucho. La segunda satisfacción, tener contacto directo con el público, que siempre es muy divertido porque ese feedback que es muy positivo te carga mucho las pilas. Y luego hay una tercera cosa que es la gira. Como soy un alma viajera me da una ventana de aire fresco absoluto.
--Llevas años detrás de Asesinos todos, ¿no?
--Esta obra la escribieron Jordi Sánchez y Pep Antón Gómez sobre 2019-10. Yo conocí a Pep en el 2011, estuvimos a punto de montarla en el 2012, pero no fue posible porque empezaba a no tener tiempo por la tele. Luego se me cruzó otra obra, El ministro, en 2014, y la quise retomar, pero se me cruzaron Javier Vega y Marta Hazas e hicimos 5 y… acción. Total, que hasta 2021 ha tenido que esperar Pep y estaba desesperado conmigo.
--¿Y ahora, qué?
--Pues empezamos a ensayar en noviembre, estrenamos el 5 de febrero y esperamos estar con ella un año y medio o dos probablemente.
--¿Os dio miedo estrenar en pandemia?
--Hombre, sí. Nosotros tomamos la decisión estratégica de estrenar sobre junio de 2020. ¿Te acuerdas? Fue cuando Pedro Sánchez dijo aquello de “hemos vencido a la pandemia”, tuvimos un verano maravilloso, sin muchas restricciones y luego se armó la marimorena. Pues en junio dijimos de estrenar en vez de en septiembre de 2021, en febrero para dar tiempo a una recuperación más seria y estable. La vida luego nos ha sorprendido, con una segunda y una tercera ola, la situación se ha complicado y ya, como si fuera un thriller muy bien escrito, llega la vacuna, pero no hay suficientes dosis y las que llegan parece que hay dudas sobre si hay que ponerla o no. O sea, un follón. Al final, cuando estrenamos en febrero estábamos un poquito acojonaditos, hablando en plata. Pero también te digo que estamos en un momento que hay que empujar y hacer cosas. Lo que se ha demostrado es que en los teatros, contagios cero. Y eso es una buena noticia para la gente, para que no tenga miedo a ir a un teatro o a un concierto.
--¿Crees que se ha gestionado bien?
--No. ¿Cómo se va a haber gestionado bien? Hace falta ser idiota para pensar que se ha gestionado bien. No se ha gestionado bien en absoluto. Ha sido un desastre y un colapso inaceptable e inexplicable. Todavía recuerdo que en marzo o abril se nos decía que no era necesaria la mascarilla. Pero a ver, ¿de qué estamos hablando? Se ha hecho muy mal todo y constantemente. Ha habido dejación de funciones, de responsabilidades, utilización de la pandemia para atacar políticamente al adversario y estamos, un año después, casi igual que al principio, con casi 100.000 muertos… El único consuelo que nos queda es que Francia, Alemania e Italia están igual que nosotros porque parece que el virus nos ha pasado a todos por encima. Creo que hemos estado bastante embobados en líneas generales… Ha sido un desastre mundial. Gente que negaba el virus… Yo me preguntaba, ¿quién diablos se dedica a la política en estos momentos en el mundo global? Es espeluznante todo.
--¿Y, personalmente, cómo te ha afectado en el trabajo?
--Todos se paralizaron, pero tuve la gran fortuna de estar haciendo la gala en directo de los martes Supervivientes cuando estalla la pandemia. La cadena decide mantenerlo porque todos los participantes estaban en la misma burbuja y no corrían ningún peligro y porque eran conscientes de que la televisión tenía que ser esencial como modelo de información y entretenimiento. Y esta decisión me salvó un poco porque me dio aire.
--¿Crees que además de la tele, Asesinos todos puede ser un bálsamo también?
--Nosotros notamos que la gente viene con mucho entusiasmo, con ganas de salir de casa, de romper una barrera y con una disposición y alegría extraordinarias. Eso se nota en el patio de butacas de una manera tremenda. Al acabar siempre damos las gracias a la gente. Desde luego, creo que la gente busca hacer un paréntesis y romper esta monotonía triste y dramática que tenemos. Alegrarse y olvidarse, aunque sea una hora y media viendo algo, divertirse, vivir.
--¿Cómo es trabajar con grandes actrices como Neus Asensi y Elisa Matilla y con Ángel Pardo?
--Es una maravilla. Neus Asensi es un portento. Elisa Matilla es una actriz extraordinaria y Ángel Pardo, que tiene un enorme curriculum, es un actorazo. Los tres son tíos normales. A pesar de ser grandes y acumular muchos éxitos son una delicia, son humildes, tienen sentido del humor y están allí para lo bueno y para lo malo. Eso es muy agradecido.
--¿Te sientes cómodo en esta comedia con toques de thriller?
--Sí, mucho, porque además hago el papel un hombre cobardica absoluto, muy legalista, funcionario de Hacienda. Cobarde ante lo que puede suponer un cambio de vida y de estatus que le impide decir lo que piensa y me encanta. Pero en un momento dado se revela porque ve que se va a cometer un asesinato, o dos, y desde su perspectiva decide revelarse y se convierte.
--¿Te sientes identificado con esa valentía que saca el personaje? Porque tú eras profesor y, de repente, saltaste a la tele y al teatro.
--Yo fui también un poquito conservador. En el fondo, sabía que quería ser actor, estudié Derecho porque quería tener formación y un plan B y, cuando acabé la carrera, con 23 años, me dio miedo, pánico a la idea de abandonarlo todo e ir a Madrid a la aventura, a los castings… Hablamos del año 83. Culturalmente no era un momento propicio tampoco, sólo había una televisión y todo era muy difícil y decidí seguir en Bilbao. Y no me salió mal. Fui profe en la uni durante 10 años, me sirvió muchísimo para colocarme delante del público. Tuve la oportunidad de crecer mucho como creador y guionista de concursos, teatro. A partir de allí, fui evolucionando poco a poco hasta que llegué 10 años más tarde a Madrid y cambió la historia.
--¿Te abrumó la fama?
--No, fue muy paulatino al principio. Me abrumó un poco en el momento del 50x15, fue muy fuerte, te diría casi un fenómeno paranormal. En tres meses pasé de que me conocieran cuatro que me vieron en Al salir de clase o en ETB a estar en las fachadas de El Corte Inglés en el cartel de las rebajas. Además, veía la lista de quienes hicieron las rebajas me abrumé. Pero como tengo una vida muy normal se me pasó en seguida. Además, me gusta porque en mi caso la gente es muy maja, me saludan como si fuera de la familia.
--¿Ves la nueva versión?
--Sí, lo veo.
--¿Y qué te parece?
--Me parece que está muy bien hecho y que Juanra [Bonet] lo hace muy bien también. Lo que ocurre es que tengo la sensación, algo particular tal vez, de que el formato no ha envejecido tan bien como debiera. Yo igual le daba una vuelta. Pero está brillantemente hecho. Nada que objetar señoría (ríe).
--Hablando de cambiar el formato, este lunes 5 de abril regresas con El precio justo. ¿Qué se va a encontrar el espectador? ¿Habrá cambios?
--Mantenemos el momento vintage y es una de las cosas que más me gustan. Tenemos un decorado superchulo de escaparates geniales y muy modernos, pero todos los juegos, todos, son los de siempre, los de hace 50 años. Mezcla lo moderno y lo vintage en un modelo de hacer tele que a mi me pone, me parece interesante. Y el programa tiene una alegría, una chispa, un dinamismo y una velocidad de los tiempos que nos toca vivir.
--Y regresa Supervivientes, ¿qué esperas de esta edición?
--Este año espero maravillas, como siempre, porque es un programa maravilloso que hace un casting excepcional. Pero sé que este año la productora está rizando el rizo y vamos a tener una edición maravillosa. Lo vamos a petar. La gente se lo va a pasar muy bien.
--¿Disfrutas con todo lo que haces? ¿Hay algo que no te haya gustado hacer?
--Claro que sí, de vez en cuando nos toca (ríe). A veces te toca y dices que no por contrato con otra cadena. Pero fíjate que si alguna vez dije que no o no he estado a gusto, incluso en esa situación procuro dar de mí todo lo que tengo y estar al 100%. Pero normalmente hago lo que quiero y tengo la fortuna de que me ofrecen cosas maravillosas. Para hacer Supervivientes han de tener confianza en ti y lo agradeceré toda la vida. Siempre necesitamos la confianza de la gente.
--¿Y alguna vez te han ofrecido ser concursante?
--No me importaría algún día probar esta medicina. Algún día me tocará.
--¿Dónde te sientes más cómodo, en la tele o en el teatro?
--En los dos me siento cómodo. En el único medio que me he sentido incómodo es en el cine, lo confieso. Nunca acabé de cogerle el punto. Incluso haciendo ficción en televisión que es muy parecido sí. En general me sentía como un elefante en una cacharrería, excepto en dos o tres. En el teatro o presentando en la tele me siento como pez en el agua.
--Siempre parece que en tus trabajos hay un factor común: el humor. ¿Es para ti un pilar fundamental?
--Yo soy un tipo con sentido del humor y eso condiciona todo y a la hora de trabajar soy incapaz de controlar el sentido del humor. Lo utilizo como una herramienta más de conectar y entablar la relación con la gente y siempre con la premisa de no ofender ni ridiculizar a nadie. CreO que es esencial. El humor hace que todo sea más fácil y aunque sea para criticar es más fácil y contundente incluso que el discurso serio.
--¿Qué le dirías al espectador que no ha ido a ver Asesinos todos?
--Se va a encontrar un montaje que mezcla el thriller, el asesinato al estilo de Patricia Highsmith de Asesinos en un tren, con el humor, la comicidad y el surrealismo de autores como el que plantean Pep Antón y Jordi. Van a ver una historia coherente que la redimensiona y se lo van a pasar muy bien. Engancha y querrán saber qué ocurre con esas dos personas a las que se trata de asesinar y hasta el último segundo van a mantener el suspense. Y cuando pasa eso es maravilloso.
--Estás con el teatro, First dates, El precio justo, está el estreno de Supervivientes, ¿hay incluso algún otro proyecto que tengas en cartera?
--¡Irme al cementerio! Coger un nicho (rié). No, ya todo es demasiado. First dates grabamos con mucha antelación y a finales de abril o principios de mayo paramos y descanso tres meses, lo que me va a ir muy bien y tendré la gira. Pero es mucho más cómoda la gira que es el fin de semana y aprovecharé para viajar, leer, escuchar música, tomar el sol que me gusta el montón, tomar una cerveza… En cabeza tengo algo de teatro porque se ha de ir con previsión, pero es pronto para contarlo.