Chimo Bayo: “El buen rollo que había en la ruta del bakalao dejó una huella bonita en mi mente”
El famoso DJ sorprende con su papel en 'Quan no acaba la nit' y no descarta meterse en la actuación
27 octubre, 2023 23:23Noticias relacionadas
Chimo Bayo es una referencia. Nada que ver con eso de meterse en realities. El valenciano revolucionó, junto con otros compañeros suyos, la noche valenciana y española. Y a sus 62 años mantiene su sello.
Puede hacer techno, trance o lo que sea, pero desde los inicios, en aquello que se llamó Ruta del bakalao, él coge un micro canta y le añade una música electrónica que lleva a la gente a otro estado mental. La fiesta estaba asegurada entonces. Y ahora.
Pasado, presente y futuro
Él mismo reconoce que no sabe de dónde saca la energía. Siempre la tuvo. Le encanta estar en movimiento. En sólo cuatro meses ha sacado tres canciones. Ha tenido 51 bolos este 2023 y, además, ahora, estrena una película en la que hace de actor. Sí, actor.
Bayo hace de un capo de la droga de la época de los 90 en Quan no acaba la nit, la película de Óscar Montón, que retrata la vida de un grupo de jóvenes de aquella época. Era un tiempo en la que todo parecía posible. La fiesta era necesidad, se tenía que romper con el pasado, y emprender una vida. La droga, para algunos fue una alternativa peligrosa.
Crónica Directo habla con el músico habla de esa época y de cómo ha acabado haciendo de actor en una película. Parece que le ha gustado.
- ¿Cómo ha sido hacer de actor?
- Ilusionado. Tenía 50 y pico actuaciones cuando se rodó el año pasado, estaba cansado, pero tienes la ilusión de hacer una cosa que no has hecho nunca. Lo grabé en un día, todo, y fue intenso. Tuve un asesoramiento de un profesor de actores, me dio confianza, y también me dejaron llevarlo un poco a mi terreno.
- ¿Cómo fue el rodaje?
- Fue una experiencia para mí, claro. Allí había unos chavales de 20, 22, 23 años, que son unos actorazos, y entiendo que aparezco yo y claro, entiendo que piensen que a ver si me lo tomo en serio o vengo de vacileta. Pero nada, se quedaron sorprendidos porque yo me tomo muy en serio todo mi trabajo. Estuve ensayando con ellos de tú a tú.
- Y es otra imagen a la que nos tiene acostumbrado. Usted en su carrera se dedica a mostrar su cara amable y hacer que la gente se lo pase bien, y aquí el papel del malo. ¿Logró meterse en el papel?
- Bueno, mi novia me quería tirar de casa, porque estuve dos semanas rondando por casa y me pidió que me fuera por la cara de loco que ponía (ríe). Pero es cierto que el personaje me costó. Mi imagen es la de un tipo en el sentido alegre, pero soy un tío serio cuando hago algo serio. Y de loco cuando estoy de juerga. Aquí soy un psicópata y tenía que provocar en los protagonistas una sensación de incomodidad, pero bueno, a ver qué tal.
- Más allá de eso, también consigue un momento tierno y muy de amor al cine. Su personaje habla de su relación con el cine. ¿Es usted un cinéfilo?
- Siempre me ha gustado el cine. Desde pequeñito. Me acuerdo de los nombres de los artistas antiguos, de Charlton Heston, Gary Cooper, Charles Bronson. Y aunque ahora con la edad ya no me acuerdo de los nombres de los actores actuales, he seguido viendo cine. Sobre todo el de ciencia ficción. En mis actuaciones puedes ver que me visto basado un poco en Blade Runner y en Alien 2 cuando me muevo entre el humo, con las pistolas y la linterna. Quien me haya visto verá que cogí esa imagen para crear el personaje de Chimo Bayo para actuar, pero en realidad no soy yo. Yo soy incapaz de salir a pinchar con pantalón en el vaquero y camiseta.
- ¿Podemos decir que siempre ha tenido de espectáculo?
- Sobre todo, esa cosa de futurista. Y mis letras lo demuestran. Y esto me emociona, porque me hace mucha ilusión, porque además la presento en el Palau de la Música.
- ¿Cómo saca este tiempo?
- Tengo muchísimo trabajo. En cuatro meses he sacado tres canciones, una de ellas dedicada a la paella, pero al instrumento de cocina, y dos temas techno. Es cierto que el que más ha funcionado ha sido el de la paella, pero ahora todo es tan efímero.
- ¿Cómo ha visto la evolución de la música electrónica hasta hoy? ¿Se ha pervertido un poco?
- Bueno, cuando saqué Así me gusta a mí era una canción con letra en castellano, que tampoco había mucho, y se convirtió en un referente. No sabía si funcionaría, porque yo cantaba en directo. Luego ya me metieron a grabar discos. Y ahora, lo está pegando el hard techno y lo que hago es coger opciones clásicas y las remezclo.
- ¿Y en esa época la droga estaba tan presente como se ve en la película?
- Yo la ruta del bakalao la he vivido entera y según con que te juntabas podías tener un peso o no. Yo siempre me dedicaba a trabajar y a estar en la cabina. Tenías prohibido que entrara nadie en la cabina, no como ahora. Era muy serio porque llevaba los particulares y también un micrófono con cable si pasaba alguien y se lo llevaba, vamos, lo mato (bromea). Entonces tenía prohibido que nadie entrara en la cabina. También podía venir gente y ponerte cosas o lo que fuera. Yo evitaba que ese tipo de cosas pasaran en la cabina. Este tipo de decisiones son los que hacen que llegue a estar donde estoy después de 42 años de profesión y bastante entero. Un poco loco, pero bastante entero en la cuestión de ser, sobre todo, profesional. Así me lo enseñaron mis padres. Y también es muy decisivo en este tipo de profesiones tener una educación clásica y ser transgresor. Pero sí hay mucha gente que se ha quedado por el camino por tomar según qué decisiones o ir con la gente inadecuada. Eso al final conlleva problemas que al final arrastras toda la vida.
- ¿Qué era más fácil caer o decir que no?
- Bueno, yo espero que la gente entre semana tampoco fuera puesta todo el día. Era bastante sencillo, como ahora, el poder comprarlo, era muy natural. Tampoco había muchas peleas. Aquello dejó una huella bonita en mi mente porque había buen rollo con la gente. Nada de estos malos rollos que puede haber ahora en cualquier sitio y tal. También veníamos de la educación dura y de la dictadura, la gente tenía ganas de divertirse y no entrar en conflicto. La gente iba a bailar y a divertirse o a ligar (ríe). Y veía gente de toda España.
- ¿Lamenta que se recuerde eso y no la cantidad de DJs que salieron?
- Sí, hombre, eso por supuesto y la libertad que teníamos ¡y los horarios! Podías pinchar a las 7 o 12 de la mañana. En Arsenal, acababa a las 9 de la mañana, cogía el coche, me iba a casa, me duchaba y me iba a Coliseum. Luego me di cuenta de que no rendía, porque no estaba igual de fresco que en la primera sesión y la marcha Chimo Bayo perdía un poquito. Entonces tomé la decisión de no marear al público y garantizarles mucho show y que iba a estar a pleno rendimiento. Cuando ya llevas tantas horas pinchando, no tienes ni la voz, ni las ganas, ni la energía. Dejé las sesiones más underground y aposté por mi estilo. Esta es una de las decisiones que tomé que me siento muy contento.
- ¿Y la decisión de hacer este papel es para ir ahora hacia la actuación?
- Sí, sería una ilusión muy grande. Primero que vean la película y ya veremos si busco un representante. Yo no quiero hacer una película de protagonista, en principio. Puedo hacer esta secuencia u otra en una película, rodar unos 14-15 minutos de secundario e igual me sale otro papel diferente. Teatro no podré hacer porque coincidiría con el trabajo (ríe). En una serie, en una película o algo, sí. No soy actor, pero, si me dieran un poquito de cancha, yo creo que podría hacer algún personaje. En cualquier caso, eso no es decisión mía. Yo es que soy como un niño, mi ilusión enseguida con las cosas.