Jorge Javier Vázquez está soltero y sin compromiso, tampoco profesional. La cancelación de su último programa, Cuentos chinos, lo ha vuelto a dejar en la estocada. Y ya van dos.

Si el golpe de cargarse Sálvame lo dejó más de tres meses alejado de la pequeña pantalla, tocado emocionalmente, ahora queda por saber cómo va a reaccionar. ¿Va a cargar contra la cadena? ¿Guardará silencio? ¿Aparecerá en otro programa de la casa?

 

Por ahora, todo está en el aire. El catalán lanzó algunos mensajes en redes sociales en los que asumía la derrota frente a sus contrincantes en la misma franja horaria. No eran pocos.

Carlos Sobera, el Gran Wyoming y, sobre todo, Pablo Motos, llevan años con sus programas y con las audiencias afianzadas. Competir con ellos con un formato alejado del corazón y del reality, no ha funcionado.

El desafío

La audiencia dio la espalda al presentador. Su último programa en antena apenas superó el 6% de cuota de pantalla, unos datos pocas veces vistos en Telecinco. La opción de emitirlo un día menos a la semana, tampoco sirvió. Acabó fulminado.

La situación es propicia para los nuevos directivos de la cadena. Y no. Desde que Vasile se fue, los responsables de Mediaset España se marcaron dos objetivos: recuperar audiencia y hacerlo con un contenido más blanco, más familiar. Una ecuación en la que no veían cabida para el de Badalona.

To be continued...

JJ estuvo en la cuerda floja y se la cortaron al cancelar Sálvame. El problema, como él no ha cesado de repetir este año, es que tiene contrato con el medio hasta 2025. ¿Van a intentar resituarlo otra vez?

GH Vip es de las pocas cosas que funcionan, pero los resultados no son estratosféricos. ¿Tomará el mando Vázquez? ¿Buscarán un nuevo programa para él? ¿Irá de colaborador a otro?

Problemas serios 

El futuro de Jorge Javier es más incierto que nunca. El mundo del teatro, en el que confiaba como nueva salida profesional, le dio la espalda. Él mismo reconoce que su última obra no funcionó. Como mucho tiene el sector podcast.

Pero que caiga JJ es una victoria amarga para los responsables de Telecinco que no confían en él. Por mucho que no lo quieran, su fracaso es también el de la cadena. Y no es el único. El cambio de Ana Rosa Quintana a las tardes ha sido un descalabro de audiencia. Apenas supera el 10% y es la tercera opción más vista. ¿Será la siguiente?

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