"El miedo es consustancial al ser humano, a los animales, por eso siempre podremos hacer películas que nos hagan pasar miedo". Así de clara se expresa la directora catalana Mar Targarona a la hora de hablar de El cuco, la película protagonizada por Belén Cuesta y Jorge Suquet que se estrenó en cines este 15 de septiembre.
La trama de la cinta parece bastante sencilla. Una pareja de Barcelona decide hacer un intercambio de casas con otra mayor de la Selva Negra. Todo parece ser demasiado perfecto cuando los españoles llegan a Alemania. Los viejitos alemanes viven en el máximo lujo. Pero, poco a poco, todo se empieza a torcer.
Lo mejor es dejar la sinopsis aquí y entrar a explicarlo a través de las ideas que la directora y los actores quieren mostrar: los miedos que nos acechan. Anna tiene que ver cómo su marido queda absorto con la tecnología de la casa, mientras ella, embarazada, empieza a ver que hay ciertas cosas que empiezan a ir mal. Lo sobrenatural y el suspense se unen en una especie de crítica a los nuevos modos de vida, la tecnología y los miedos de la maternidad.
Los intérpretes no pueden estar más encantados de participar en este thriller español, que se mira en La semilla del diablo e incluso Psicosis, con una factura más que decente. Y, además, un reto para la propia Cuesta, que nunca había hecho un papel así.
Un desafío interpretativo
"Para mí, el reto principal por el que decidí hacer esta película es que no había hecho nunca género, una peli de miedo. Me apetecía muchísimo verme ahí, ver qué onda y cómo me defendía yo", afirma la actriz a Crónica Directo. "Traté de encontrarme en este lenguaje que para mí era nuevo", revela.
Suquet tampoco tuvo que transitar un camino de rosas. "En mi caso, había un trabajo muy preciso, o eso intenté, de controlar mucho una evolución del personaje con ciertos cambios físicos, emocionales, en su actitud... Fue un trabajo muy técnico de alguna manera, porque debías controlar el racord emocional", recuerda. Llegó a tener un desplegable en la pared del set para saber en qué punto se encontraba su personaje.
Y es que, si el personaje de Cuesta representa los miedos propios de la maternidad, la sensación de soledad, de quedarse sola y no poder comunicarse con su pareja, Suquet define lo que a él le pasa y lo que le pasa a sus partenaires mayores como un caso de "vampirismo" Su personaje se convierte en otro a medida que avanza el metraje.
La actriz se encuentra feliz de haber pasado por esta experiencia en compañía del actor, al que considera su amigo. "Aunque esté contado como un cuento y de forma más sencilla, han querido contar en profundidad muchas más cosas", concluye a la hora de hablar de la película.
Una directora entregada
Para meterse en esta aventura ha contado con la inestimable ayuda de una amante del género. De una apasionada de este cine. Para quien no la conozca, recordar que Targarona fue la productora de Los ojos de Julia y El orfanato, curiosamente otras películas en las que habla de esos miedos de una madre.
A la realizadora le ha costado mucho ponerse a dirigir. Hasta 2016 lo hizo puntualmente; ahora, en 2023, lo tiene clarísimo. "Ahora voy a dirigir todo", anuncia tajante a Crónica Directo. Y no hay más que una razón para expresarse así: "Porque me lo paso muy bien, me encanta. Me da muchas energías, me siento súper bien", prosigue.
La catalana tiene claro cuándo sintió por primera vez esta necesidad. Tenía 5 años. Vio Simbad y la princesa y se quedó "fascinada". Tanto que pidió a sus padres que los Reyes Magos le trajeran una cámara. "No me la trajeron", lamenta. Pero no se detuvo. "Tuve que hacer teatro, pero yo siempre he querido dirigir. Lo que pasa es que ha costado".
"No tenía a nadie metido en este mundo y lo más parecido que tenía a su alcance era el Institut del Teatre de Barcelona". "Después a la publicidad, pero siempre queriendo hacer cine", insiste. Y lo ha hecho. Sin miedo al qué dirán, ni queriendo hacer este tipo de cine de autor para ganar premios. "¿Acaso mi película no es artística?", inquiere a este entrevistador.
El espectador, en el centro
"Yo trabajo para el público, siempre lo he tenido el clarísimo. ¿Qué sentido tiene si no?", asevera. Para ella, que el cine se olvide de eso es, sencillamente, "vergonzoso". "A mí siempre me han encantado Spielberg, James Cameron, las películas de Hitchcock. Las otras no me gustan, entonces uno tiene que hacer lo que le gusta y más si al público le interesa", insiste.
"Poder explicar una historia real como El fotógrafo de Mathausen [que ella dirigió] de una manera entretenida, creo que es mucho más interesante que ver un palizón de película de dos horas", zanja.
Pero es que si le ha costado llegar a esta conclusión y esta determinación a los 70 años, su trabajo también de productora no es mucho más tranquilo ni fácil. "Es muy duro, muy volátil. Hoy te quieren, mañana no te quieren. Es duro porque tú te pasas un año o un año y medio trabajando un guion, lo presentas y un señor de una plataforma que lo único que ha hecho es ver mucho cine te dice que es una porquería. ¡Alguien que nunca ha escrito un guion!", lamenta hasta el panorama actual.
"Si vienen a hacer dinero, que no se metan a hacer cine. Si quieren ganar dinero, que se metan en construcción o en petróleo... El cine es una cuestión de pasión", concluye. Y Targarona, sin duda, la tiene.
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