Angels Gonyalons actriz de The Party

Angels Gonyalons actriz de The Party GALA ESPÍN Barcelona

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Àngels Gonyalons: "La democracia es una utopía, porque no es democrático que estemos sobreviviendo como estamos sobreviviendo"

La actriz regresa imparable en la temporada teatral 2023-23 con 'The party', 'L'alegria que passa' y 'El llegat'

20 agosto, 2023 23:30

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Àngels Gonyalons vive un momento increíble. Ella misma es consciente y no. “Yo he hecho montañas rusas”, asegura a la hora de hablar de su carrera. Pero no puede negar que está arriba y lo disfruta.

En plena pandemia triunfó con Teràpia integral y empalmó rápidamente con un regreso a sus inicios: a Dagoll Dagom y el musical. L’alegria que passa le ha dado unas alegrías, nunca mejor dicho, increíbles. Le ha demostrado a ella misma que, acercándose a los 60 como no deja de repetir, puede seguir en los musicales que la vieron crecer. Y va a volver con esto y con más.

Puro teatro 

La temporada teatral 2023-24 viene marcada por su nombre. Arranca el 15 de septiembre en el Teatre Poliorama con The party, una obra de Sergi Belbel que pone en jaque a cierta izquierda bienpensante. Retoma a finales de 2023 el mencionado musical que triunfó el año anterior y, en mayo, regresa al pequeño formato de la mano de un gran nombre de la escena contemporánea. Daniel J. Meyer (A.K.A.). Con el argentino detrás del texto y Montse Rodríguez Clusella en la dirección, la actriz protagonizará El llegat en el teatro Akadèmia.

Ante este alud de proyectos, Crónica Directo conversa con la Gonyalons para saber cómo afronta este futuro próximo y por qué habla tanto de sus 60.

Su papel es el más duro del auca. ¿Cómo es meterse allí?
Para mí, mi trabajo ahora es buscar entre esta austeridad cáustica y enseñar los sentimientos que tiene hacia Janet. A ella la quiere de verdad. Entonces estoy tratando de ir a su esencia y darle ese puntito más de pasión que le quiere dar Sergi. Si fuera de aquí tendría ese toque victoriano, pero hemos de encajarlo con mis compañeros, que conforma un mosaico de gente muy diferente con un nexo común, que se creen que son élite.
¿Pero diría que es cínica o la que tiene los pies en el suelo?
Sí, hay un punto de cinismo. Está de vuelta de todo. Ella misma lo dice en un momento dado:"todos llevamos un disfraz". Yo no soy tan cínica, pero cada uno se lo monta como puede y, en parte, esto es lo que nos ocurre a todos. La obra habla de este tipo de clase política o de acólitos de la política. Ellos vienen de la política local y, de repente, ha llegado a ministra, a la cima. Lo que ocurre es que ésta puede tener una apariencia más sofisticada y de triunfadora, pero es un disfraz. Ella no quiere estar allí porque no se cree nada. En el fondo, es realista, pragmática. Al mismo tiempo, tiene un novio esotérico. A ella le carga, pero en el fondo está en una edad que quiere compañía. Así que, al final, ella no deja de caer la trampa en la que cae todo el mundo.
Con el éxito en la actuación, ¿pasa lo mismo? ¿Uno debe tratar de coger distancia?
Bueno, yo he hecho montañas rusas. Lo bueno de la experiencia es que ya sabes que es así. Hoy te suena el teléfono todo el día y mañana de repente no suena y no sabes por qué. Son fases, modas, etapas y ya está. Lo que conviene es ser fiel a uno mismo y saber qué se quiere. Yo quiero hacer bien mi trabajo, aprender, hacerla cada día mejor, trabajar con buenos compañeros y estar en paz.
Angels Gonyalons actriz de The Party

Angels Gonyalons actriz de The Party GALA ESPÍN Barcelona

Claro, pero ¿cuesta ver las cosas cuando se está arriba? Porque uno corre el riesgo de creérselo.
Siempre digo que no es que se lo crean tanto. Lo que sucede es que a los que se han quedado detrás, desafortunadamente, les cuesta aceptar que eran un grupo que luchaban por eso. A su vez, a la que uno tiene éxito o es valorado, también se le fuerza a esa soledad. Y se le atribuye la culpa a la persona de éxito, pero muchas veces es forzado por el entorno, y porque los otros, la mediocridad no acepta el éxito. Entonces, el lugar de ser generoso y alegrarse por aquel que es amigo, entra la competitividad, y aparece la envidia, la inseguridad. Por eso, muchas veces quienes cambian son los que se han quedado atrás.
En cualquier caso, su personaje, April, es muy dura con sus sentencias, considera que la democracia está terminada.
Ella dice que "la democracia está podrida y definitivamente muerta".
¿Y considera que es así?
La democracia es una utopía. Porque no es democrático que estemos sobreviviendo como estamos sobreviviendo, y cómo nos tienen entretenido sobreviviendo mientras van haciendo sus cambalaches. Yo nunca habría llegado a imaginar que llegaríamos a este punto. Tampoco sé si es el típico discurso de una persona que llega a los 60, pero desde el 92 y la crisis del 2008 y la globalización no podía imaginar llegar a esto. Hasta entonces tú sabías que con esfuerzo podías conseguir cosas. Ahora, una persona de 25 sabe que, por mucho que se esfuerce y trabaje, no puede ni compartir un piso en el Eixample. ¡Eso es muy heavy! No puedes ni comprarte un piso en tu propio barrio, en el que has nacido y te has hecho. Esto es muy grave.
Angels Gonyalons

Angels Gonyalons GALA ESPÍN Barcelona

Y como también dice un personaje, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Bueno, yo no soy una erudita, pero evidentemente tengo inquietud por conocer, saber y aprender, pero hay temas que superan tus capacidades para poner solución. Entonces, soy una más de esas que me tienen entretenida sobreviviendo. A mí, el poder me tiene entretenida luchando por trabajar, hacer bien mi trabajo e ir tirando, pero yo lo hago sin ambición. O sea, mi ambición es intentar acercarme al máximo a tener cierta salud y tranquilidad económica en los 15 años que me queden de pseudo-juventud. Que no será. Y entendiendo que a partir de los 60, desde hace unos años, ya no es esa tercera edad de antes, y todavía estamos potentes. Lo que me gustaría a mí pues es tener cierta tranquilidad económica.
Habla de sus 60 por llegar, pero usted no para. La hemos visto en Terapia integral, L’alegria que passa, de Dagoll Dagom, y regresa en septiembre con The Party. ¿Es un buen momento para usted, no?
Mira, para mí el hecho de trabajar ya es un regalo. Esto no quiere decir que se aprovechen las productoras para bajar los sueldos y apretar. Que ellas tienen sus problemas, igual que los ayuntamientos, ¿eh? Pero ser actor es muy duro. Igual se te contrata por tres meses en un año, si logras empalmar otro trabajo, ya es más. Pero tres meses no es lo mismo que un contrato indefinido. Debería ser un sueldo proporcional a lo que ocurre. Yo estoy agradecida, contenta. L’alegría que passa ha sido un bombazo. Para mí ha sido un regalo, porque he podido manejarme con un personaje que no era consciente de lo que era. Yo estaba trabajando allí, intentando hacerlo bien, como hago siempre, y me ha reportado cosas muy buenas a nivel personal, en una compañía maravillosa y fantástica. Tanto es así que estrenaremos The party el 15 de septiembre, terminamos el 3 de diciembre y el 9 de diciembre yo ya estoy volviendo L’alegria que passa por dos meses. Y ya en febrero, marzo y abril vamos de gira con The party. Y ya en mayo, estamos en el Akadèmia con Meyer y Monte Clusella, El llegat. Y me encanta, porque estoy encantada de hacer todo tipo de textos en todo tipo de teatros.
Por tanto, ¿obra de Gonyalons de estos años, igual a obra de éxito?
Llevo 43 años trabajando y no siempre ha sido así. Yo creo que el público es más inteligente que eso. Los proyectos deben funcionar porque están bien. Luego hay otro público que va por el actor o la actriz.
Angels Gonyalons actriz de The Party

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Y en estos 43 años ha pasado por tele, cine, teatro… Y de la comedia, al drama, al musical. ¿Puede decir que ha pasado por todo?
Yo siempre he picado mucha piedra, porque hubo un momento que estaba encasillada en el musical. No a nivel profesional, porque siempre me he sentido valorada por mis compañeros. Pero las propuestas iban por allí y yo quería algo más de texto. Además, no nos engañemos a mi edad, evidentemente, cada vez más será texto y menos musical, porque no podré estar bailando a este ritmo. Encontrar uno con las características de La alegría..., con esta dramaturgia de Marc Rosich, es muy difícil.
Y hablando de musicales. Usted vivió el máximo apogeo, la caída y ahora este resurgir. ¿Cómo se vivió? Y, como dicen en 'The party', ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
La gente cuando hay un musical que les gusta, van a verlo. Pero siempre insisto en que la manera de prestigiar el género musical es formando actores y actrices que canten y bailen. Si los productores contratan a alguien que canta bien pero no defiende tan bien el texto…
Por último, ha mencionado mucho la edad. ¿Por qué?
Porque me sorprende. Porque uno tiene una imagen errónea de los 60 y aún no me adepto a ello. Y prefiero avanzarme a los acontecimientos, además. Y hay pocas cosas para esa edad y menos si eres mujer. Entonces, estoy aprovechando el momento con sensatez.
¿Pero esto no está cambiando con el protagonismo de las nuevas las dramaturgias y la presencia de mujeres detrás de los textos y dirigiendo?
Aún queda muchísimo. Piensa que en L’alegría... hago el papel de dos hombres. No hago de mujer. Yo espero que a las nuevas dramaturgias, a los dramaturgos actuales, les interese hablar de mujeres de 60 como somos ahora, no como antes que quedaban relegadas por el patriarcado. Ahora, una mujer de 60 es activa, lucha y le pasan cosas. Es inquieta y aprende y está viviendo en el mundo actual.