El director de escena Àlex Rigola / EFE

El director de escena Àlex Rigola / EFE

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Àlex Rigola: "Lo más interesante de la interpretación pasa en la sala de ensayos"

El dramaturgo y director regresa a la puesta en escena en una caja para visitar la 'Hedda Gabler' de Ibsen

11 enero, 2023 00:00

En cuestión de un año Àlex Rigola ha planteado un díptico sobre la confusión imperante del esta última década a través de dos personajes, uno es del siglo XVI, el otro del XIX. A pesar de ello, la sociedad actual puede empatizar con estas mujeres.

El director de escena lo tiene claro. Si Ofèlia (Panic attack) representaba la angustia por no saber hacia donde ir, su nueva Hedda Gabler --que se presenta estos días en el Teatre Lliure-- abandona el aburrimiento propio de un personaje aristocrático, para hablar de este tedio actual que viene más del bloqueo, de la imposibilidad, que de la clase social a la que uno pertenezca.

Desmontando a Ibsen

Así, la obra que se muestra estos días en Barcelona está desnuda, como la caja en la que están sus actores. Ellos van vestidos de calle y conservan sus nombres y hablan sobre la desazón de Hedda, que también es la suya.

El dramaturgo tiene claro que esta es la manera más directa en que el trabajo de los intérpretes llega al público y en que la esencia de una obra como la de Ibsen (y en su día la de Shakespeare) puede conectar con el espectador.

--Pregunta: Vuelve a la caja. ¿Qué le atrae de ella y por qué funciona en esa Hedda Gabler?

--Respuesta: La caja es como jugar en casa. Hace años que busco un tipo de interpretaciones que en un escenario de mediano o gran formato es imposible, porque allí los actores han de proyectar la voz, pendientes de estar en un escenario… Y lo más interesante de la interpretación pasa en la sala de ensayos, en espacios mucho más pequeños, recluidos, cercanos con el espectador. Es esa idea de invitarlos a vivir lo que se vive en una sala de ensayo. Eso es lo que me interesa y que cuando se traslada al teatro muchas veces se pierde. Este escenario no es una escenografía al mismo tiempo y te permite trabajar con el diamante en bruto que son los actores y ver su pureza, sin disfraces.

--Así que es un gesto de complicidad y a la vez de conectarlos más, ¿con los actores o con la historia?

-- Una de las normas de nuestro decálogo de juego es romper esa cuarta pared. Son normas de juego que son válidas sobre lo que debe ser el teatro ¡para mí!. No en general. Es donde yo me siento cómodo, ¿qué me puede dar el teatro que no me da el cine? ¿Por qué reproducir una serie de formas que el cine las da mejor? Buscar el propio territorio. Y curiosamente al hacer esto hay gente que dice que hacemos cine dentro del teatro. Pero finalmente, la caja puede ajustarse a unas interpretaciones y manera de hacer de los actores. Ese es el 95% del trabajo, el trabajo con los actores.

--Actores y actrices que mantienen su nombre en esta 'Hedda Gabler' a la que apenas se nombra.

--Porque para mí hace años que es más importante el intérprete que el personaje. Me interesa que haya una persona en el escenario que nos explique, a los espectadores, qué le pasa o qué proximidades tienes con lo que le pasa, que no el personaje. Cuando hay esa fusión entre actriz y personaje y nos pregunta por qué somos así los humanos, tenemos la duda de quién lo pregunta. Cuando eso sucede, cuando se diluyen las fronteras entre uno y otro es fantástico. Además, no se esconden, y eso ayuda..

Elenco de 'Hedda Gabler' / SÍLVIA POCH

Elenco de 'Hedda Gabler' / SÍLVIA POCH

--¿Qué le ha hecho apostar por ‘Hedda Gabler’? ¿Es el tema del tedio?

--Yo siempre agarro textos que tienen relación con el presente. A veces con un presente más social y otro más personal. Cuando hablamos del tedio es del actual, del momento en que nos encontramos. No es un personaje que se aburre mucho porque tiene mucho dinero, es una persona que se siente desubica, como nos pasa ahora. Vivimos sin capacidad de definición, seguramente porque vivimos en un periodo de transformación. La gente está bastante desubicada. A finales del siglo XX, principio de XXI podrías decir a qué te querías dedicar. Luego lo conseguirías o no, pero el camino era más o menos claro. Hoy en día nadie es capaz de adivinar que pasará con nosotros de aquí 10 años, no creo que hagamos planes a tan largo plazo. Nos preparamos para lo que pueda venir, pero hay cierta incapacidad de saber hacia donde vamos. Los hechos sucedidos esta última década nos ha dejado totalmente descolocados y esta desubicación se convierte en una angustia social que lleva a este agotamiento, esta incapacidad de hacer. Esto te lleva a este tedio, muy distinto al aburrimiento burgués o aristocrático. Es un tedio de esta incapacidad de avanzar. Es como si fuéramos en coche y hay niebla. No puedes ir a la velocidad de antes, no sabes dónde es el próximo punto, qué habrá y qué obstáculos encontrarás. Lo veo personalmente y mi alrededor. Partiendo de allí, el personaje de Hedda tiene mucho que decir, como todos los personajes. Ellos representan muchas partes y muy diversas de nosotros mismos. Ninguno se parece entre sí, pero se caracterizan entre ellos por la falta absoluta de felicidad.

--Claro, pero eso lleva a la maldad y competencia.

--Esta supuesta maldad son de personas totalmente desubicadas. Lo hemos trabajado desde aquí. No hay nada más desolador que le respuesta de Hedda Gabler cuando le preguntan por qué hace lo que hace. Ella dice “no lo sé”. Lo dice una persona de mediana edad, cuando se supone que tienes cierta madurez y poder decisión. Para mí es lo más triste de todo. Y me siento reconocido. Este no lo sé es de las más bestias, aunque no sea el de más drama.

--Dice que se siente reflejado. ¿Dónde? ¿En el teatro?

--Siempre ha habido incertezas en el teatro y se aprende a vivir en este estado. Podríamos decir que los artistas somos los más preparados para vivir en este tipo de sociedad, porque desde que empezamos vivimos esas incógnitas. Incluso las personas a las que nos ha ido bien. Pero creo que es generalizado, Esa incerteza me pasa más en la vida diaria. En el teatro ya sé que me he de ir reinventando y coger la ola del momento, la que me interesa, obvio. Nosotros hacemos proyectos tal vez más intenso y menos popular, porque nos deja mejor sabor de boca.

--¿Y cómo es esta ola?

--Soy incapaz, y desistí hace un tiempo, de teorizar sobre la profesión y aún menos sobre el momento que vivimos. A las artes escénicas se le pide una unidad que no se le pide al papel impreso.