Ana Morgade (Madrid, 1979) no requiere de presentaciones. Es casi imposible no saber de ella. Su actividad en cine, televisión y teatro la hace casi omnipresente y siempre, si está allí, es garantía de hacerlo pasarlo bien al personal.

Pese a que iba para actriz dramática, el humor se cruzó en su vida y "es un traje" en el que se siente la mar de cómoda. "Una de las cosas que más me gustan y me hacen mas ilusión es que mi trabajo consiste en intentar alegrarle el día a la gente. ¿No te parece una profesión estupenda? ¿No te parece maravilloso que te den dinero a cambio?", señala en esta entrevista a Crónica Directo.

'Porvenir'

La madrileña está de vuelta en los escenarios con Porvenir, "una comedia con regalito", según sus propias palabras, en la que se convierte en una diosa. De entrada, impone como papel, pero el mensaje que da es necesario ser recordado.

Morgade está encantada con este texto que la vuelve a juntar con Impromadrid, una compañía dedicada a la improvisación desde hace más de 20 años y que ahora se ciñe al guion con un resultado que ha atrapado al público en estos últimos dos años que llevan de gira. Ahora, entran en la capital.

--Pregunta: ¿Cómo vive la entrada a Madrid?

--Respuesta: La función se estrenó hace dos años, hicimos una pequeña gira por la Comunidad de Madrid y algunos puntos de España y ahora llega el momento de traerla a una sala del centro de la ciudad. Los nervios en todo caso siempre están.

--¿Cómo definiría 'Porvenir'? Es una comedia más seria de lo que parece.

--Sí, a mí me gusta hablar de comedia con regalitos. Es una obra que está hecha desde los "dramas" de una panda de burgueses que viven en un mundo muy privilegiado, pero se creen que viven el gran drama de la vida, cuando en realidad lo que se les viene encima es el 2020 y 2021. Lo que intentamos es relativizar y a la vez darle lugar a esos pequeños problemas que muchas veces no nos dejan avanzar. Es la historia de cuatro chicos que ya no son jóvenes ni tan mayores para que les cedan el asiento en el autobús, que están perdidos en una interconexión entre dos líneas de metro, la del joven que ya se ha acabado y la de la vida adulta que todavía no ha empezado. Están allí, en un andén mirándose los unos a los otros sin saber qué hacer.

--¿Somos una generación perdida en lo que es la madurez?

--Lo que tenemos es una referencia de generaciones anteriores que tenían muy claro qué era hacer las cosas bien y mal. De pronto, las normas de juego han cambiado y nosotros no hemos dejado de jugar, estamos con las cartas en la mano, mientras el de al lado tiene unos dados, otro unas fichas, el del frente tiene la carta del Magic... Y estamos todos jugando a mil cosas a la vez tratando de ganar una partida, pero en realidad nadie nos ha explicado a qué estamos jugando.

Cartel de 'Porvenir'

--¿También puede ser que se avanza poco porque se quiere jugar a demasiados juegos?

--Esa es otra. Nosotros reflexionamos sobre cuáles son nuestras prioridades y qué nos preocupa. El regalo optimista de la obra es que el espectador salga con la sensación de que todos estamos perdidos pero juntos y pensar que si todos lo estamos haciendo mal a la vez significa que la cosa no está tan mal, buscamos algo nuevo.

--En todo caso, con este claro mensaje, ¿diría que es la obra menos improvisada de la compañía?

--Tal cual (ríe). Sí, porque Impromadrid es una compañía con la que trabajo hace más de 20 años, a pesar de ser una joven promesa, y siempre hemos hecho espectáculos de improvisación. Este también nace de allí, Ignacio López, el director, nos hacía propuestas para improvisar y nos empezamos a dar cuenta de que siempre llegábamos al mismo puerto. Con esa intuición y sentir que es algo que queremos contar nos lanzamos al texto. Fijó lo que iba a aparecer y darle una dramaturgia.

--¿Cuánto hay ahora de esa improvisación en el texto y en el proceso de madurar?

--(Ríe) Improvisar es algo que haces toda tu vida, porque igual hay algún suertudo que puede ensayar la vida, pero normalmente vas a primera función y nunca sabes lo que va a pasar. Nosotros tenemos unas grandes tablas en improvisar, pero en este caso el 100% de la obra es texto, nos ceñimos siempre a lo mismo. También es verdad que si sucede algún imprevisto siempre salimos del paso porque nos encanta improvisar y nos cuesta quedarnos callados.

Ana Morgade en 'Porvenir'

--¿Dónde está más cómoda ahora, en la improvisación o en el texto?

--A mí todo me encanta. Las dos cosas tienen su aquel. Cuando improvisas sientes el vértigo de estar estrenando algo. Esa cosa que te entra cuando te regalan algo y no sabes qué es y lo abres por primera vez. Es abrir historias nuevas. Cuando estás con un texto lo que tienes es la posibilidad de descubrir algo nuevo cada día de algo que ya conoces, como esa pareja que mola muchísimo y descubres cosas que te siguen sorprendiendo.

--Su personaje en este caso es una diosa, ¿cómo lo vive?

--Muy divertido y al mismo tiempo frustrante, porque cuando estás en un lugar de poder eres la responsable de regir los destinos de todo el mundo, pero a la vez es cruel porque los seres humanos al final hacen lo que les da la gana por más que los aconsejen o los regañen. Lo que pasa con los seres humanos es que al final ellos no saben que el destino está mucho más en sus manos de lo que ellos mismos creen.

--¿Cree que nos olvidamos bastante y nos dejamos llevar pensando que está todo escrito?

--Ese es uno de los regalitos de la obra, el pensar dónde ponemos nosotros nuestro esfuerzo, cuánto le echamos la culpa a la vida y al destino y es la vida lo que pasa. No se trata de que uno es dueño de su propio destino, porque uno nace donde nace y le pasa lo que le pasa, pero es una pelea entre no abandonarse a la corriente ni creer que el mundo gira a tu alrededor. ¡No eres la piedra filosofal de Harry Potter!

La actriz Ana Morgade CEDIDA

--En todo caso, ¿es un buen momento para tener esperanza en el porvenir o se hace difícil?

--Nosotros plantamos la obra antes de la pandemia y acabó siendo premonitoria, porque vivimos en una época en la que hacer planes a cinco años parece algo ambicioso. Pero es necesario seguir confiando y pensar en un porvenir de aquí a una semana, tenemos derecho a seguir soñando aunque sea a corto plazo.

--¿Cómo saca tanto tiempo para estar a tantas cosas?

--De las ganas. Cuando uno tiene ganas de hacer las cosas siempre encuentra tiempo, por eso nunca hay tiempo para ordenar el armario o planchar.

--¿Y siempre tuvo las ganas de dedicarse al humor?

--Pues no tenía ni idea. Fue como casi todo lo que te pasa en la vida, de rebote. Siempre me gustó mucho la interpretación y quería ser actriz dramática, ganar un montón de Goyas y ser un gran drama de la escena. Y al final he acabado en un sitio completamente antagónico y a la vez muy similar, porque comparto tablas con gente que se dedica a eso. El humor es un traje que me pongo todos los días para enfrentarme al mundo y me resulta estupendo para sobrevivir.

Ana Morgade y los protagonistas de 'Porvenir'

--¿No cansa? Porque no lo ponen fácil.

--Eso es verdad, hay días que no te apetece, pero al final, un día reído es un día ganado. Una de las cosas que más me gustan y me hacen más ilusión  es que mi trabajo consiste en intentar alegrarle el día a la gente. ¿No te parece una profesión estupenda? ¿No te parece maravilloso que te den dinero a cambio?

--¿Cree que sigue denostado por eso el humor o la gente ya se ha dado cuento de que el humor es una gran herramienta para contar ciertas cosas a la gente?

--Yo creo que se pueden hacer las dos cosas al mismo tiempo. Muchas veces a través de una payasada la vida nos da grandes lecciones. No siempre las grandes cosas que aprendemos en la vida vienen de momentos serios. Muertos de la risa aprendemos a ser mejores.

--¿Como en la obra, no?

--Exacto, por eso invitamos a la gente a que se acerque al Teatro Quique San Francisco, porque es una obra en la que aprendemos a estar un poco perdidos y no enterarnos de nada, que no está tan mal. Que parece que si no te has enterado o te va todo mal es que has fracasado. ¡Gran error! Estamos todos en las mismas.

--En todo caso, ¿cuál es el porvenir de Ana Morgade?

--Mira, me va tan bien, que si pudiera jugar a la lotería y me tocase lo mismo que me ha tocado hasta ahora estaría encantada.