Juan Carlos I pisaba por primera vez suelo español este jueves a las 19.15 horas de la tarde tras 22 meses de retiro en Abu Dabi (Emiratos Árabes). El padre de Felipe VI tomaba tierra en el aeropuerto de Vigo después de ocho horas de vuelo en jet privado y en medio de una enorme expectación mediática.
A pie de pista, le esperaban la infanta Elena, quien por todos es sabido que es su ojito derecho, además de su leal amigo Pedro Campos. El presidente del club náutico de Sanxenxo (Pontevedra) acudía a la infraestructura aeroportuaria acompañado por su flamante esposa, Cristina Franze, una joven rubia que no pasó desapercibida para nadie.
Segunda esposa de Pedro Campos
Y es que en estos tres días de asueto que el monarca y su primogénita pasarán en tierras gallegas, el matrimonio Campos Franze ejercerá una vez más como los perfectos anfitriones. El chalé de la pareja, sito a escasos metros de la playa de Nanín, y con vistas a las ría, se ha convertido en el refugio favorito del otrora jefe de Estado.
Así, pues, además de disfrutarán del mar y de la Copa de España de la competición de vela clase 6m, el padre y la hermana de Felipe VI podrán compartir buenos momentos en compañía de sus amigos además de la gastronomía del lugar.
42 años y terapeuta
Pedro y Cristina se dieron el "sí, quiero" en 2017 en las que fueron las segundas nupcias del empresario gallego. Un enlace al que también asistió el propio Juan Carlos. A sus 42 años, Franze, natural de Brasil, es tres décadas menor que su esposo.
La joven, declarada defensora de su amigo, es terapeuta, además de astróloga y analista Junguiana. “Ayudo a las personas con el auto conocimiento y a convertirse en sus propios sanadores”, reza el texto de su descripción en su perfil de Instagram.