Manuel Bandera (Málaga, 1960) ama el musical. No en vano, sus inicios fueron como bailarín, cuando debutó de la mano de Raúl Sénder. Luego la actuación se cruzó en su camino, pero el espíritu continúa intacto, por lo que protagonizar A chorus line le va como anillo al dedo.
Tras los musicales en honor a la revista que protagonizó con Alaska, Mario Vaquerizo y Bibiana Fernández, toma el relevo de Antonio Banderas al frente de esta pieza de los 80 que, asegura, "habla de nuestra vida".
'A chorus line'
El éxito cosechado en Málaga y Madrid ha hecho que el espectáculo regrese al Teatro Tívoli Barcelona, tras suspenderse por culpa del Covid. Llevan ya dos semanas en marcha y el éxito es innegable.
Crónica Directo conversa con el actor para hablar de esta pieza única y la importancia de los musicales, no siempre bien vistos por los académicos, pero cada vez más apreciados por el público.
--Pregunta: ¿Cómo les está tratando Barcelona?
--Respuesta: Fantástico. Fue una gran idea de Antonio Banderas la de no dejar A chorus line y volverlo a presentar en Madrid, cuya etapa fue fantástica si exceptuamos todo lo que implicó el Covid. Ahora estamos aquí pata terminar lo que se empezó en su día en Barcelona. Estamos en la segunda semana ya y muy contentos.
--Usted dijo en su día que siempre quiso hacer A chorus line. ¿Por qué?
--Para mí es muy especial. Yo fui bailarín de espectáculos en los años 80 y a mediados de esa década apareció este musical emblemático que habla de nuestra vida, de nuestros sueños, de nuestros anhelos, de los que aspiran a trabajar en un gran espectáculo.
--Y muy metateatral.
--Por eso creo que es un musical perfecto para iniciarse para quien no está acostumbrado a ver musicales. Se muestran las historias de estos 17 chicos que esperan ser elegidos por Zach, el profesor.
--¿Se ha basado mucho en los cástings que ha hecho para inspirarse en su personaje?
--Hemos tenido experiencia sí, con coreógrafos y audiciones, claro. Intentamos basarnos en eso, sí. Esto se estrenó en el año 74 y está muy probada y basada en hechos reales. El texto y la música son maravillosas y la gente las entiende muy bien aunque no sean del mundo artístico.
--Y finalmente, todo el mundo ha pasado por algún tipo de prueba, ¿no?
--Claro. Uno cuando empieza en periodismo, por ejemplo, empieza de becario para ver si consigue un puesto. Pero se puede equiparar a otros oficios y carreras.
--Usted, como dice, fue bailarín y luego actor. ¿Qué le llevó hasta aquí?
--Lo primero fue bailar. En el 84 debuté en una revista de Raúl Sénder que se llamaba San Punk y allí empezó mi carrera de bailarín profesional, hasta que en 1989 Luis Sanz me conoció y protagonicé Las cosas del querer y, a partir de allí, me dediqué de manera profesional a la actuación y aquí estamos en la brecha treinta y pico años después.
--Lo cierto, por eso, es que en su día se le veía mucho en cine y televisión y ahora se le ve más en teatro y musicales. ¿A qué se debe?
--Se debe a muchas cosas. Los actores dependemos de muchos factores para que te llamen de un trabajo. Son pocos los que tengan muchos trabajos sobre la mesa y puedan decidir qué van a hacer. Yo no he tenido esa suerte por lo menos. Muchas veces no depende de nosotros. Van viniendo los proyectos y hay etapas de poco trabajo, otras te vienen tres proyectos a la vez. Esta profesión es muy complicada y difícil de manejar. Hay que ir navegando en ella, capeando cosas e intentar que los proyectos sean cada vez más importantes.
--Y ahora que está en el musical. ¿Qué le atrae?
--Aparte de hacer teatro, que es lo que más me satisface. El musical te exige esas tres disciplinas importantísimas. Te exige mucho y te recompensa muchísimo a la vez. Es una disciplina muy dura, a la que tienes que dedicarle el 100% de tu tiempo, debes cuidarte porque cualquier cosa te afecta a la voz.
--¿Todavía cuesta que los premios se lo tomen más en serio?
--Creo que cada vez vamos a mejor. El público le va dando su beneplácito a los musicales y les gusta. Cada vez se consiguen más cosas. Me parece absurdo que el teatro musical sea menos que el tradicional. Creo que se hacen producciones muy importantes en España para que no suceda eso.
--¿El hecho de que Banderas esté detrás de musicales como A chorus line o Company puede ayudar a que la gente también se lo tome más en serio?
--Sin duda. No sólo porque aparezca su nombre en la producción sino por el nivelazo con el que está produciendo. No escatima un euro y tienen un nivel impresionante. No sólo es por el quién sino por el cómo lo hace. Además es muy gratificante trabajar con él.
--¿Siente que Barcelona también ha recuperado esa sed de musical?
--Sí. Para mí, Barcelona a finales de los 80, principios de los 90, fue muy importante a nivel musical. Estaban Dagoll Dagom, La Cubana y otros y supongo que seguirá estando ahí. Igual en un momento se han hecho menos producciones aquí y menos en Madrid, pero Barcelona es una plaza en cuestión de musicales con unos profesionales importantísimos.
--Y como malagueño, ¿cree que con la llegada de Banderas y otros referentes culturales, puede convertirse en la nueva Barcelona y un eje cultural del país?
--No lo sé si llegaremos a tanto, pero se está haciendo un esfuerzo grandísimo para que así sea. Están viniendo museos importantes a establecer una sede en Málaga. A la ciudad se le está dando una vuelta total y con el clima que tenemos y al gente maravillosa que somos todo va fantástico. Y si encima de este trabajo del ayuntamiento y la administración, llega Antonio y hace un teatro maravilloso como es el Soho Caixabank y trae estas maravillosas producciones y las encabeza da un valor grandísimo a nuestra ciudad.
--Por último, ¿cree que A chorus line puede dar el salto a Broadway?
--Estuvo a punto. Lo que pasa que con estos dos años tan duros de Covid que nadie preveía no va a poder ser, pero quién sabe si con otra producción y teniendo ese nexo de unión de Antonio que ha trabajado en Broadway y en Londres creo que se podría hacer. Por nivel, no va a ser. Tiene el nivel de esos sitios.