La salud de la reina Isabel II tiene consternado al mundo entero. A sus 95 años, con los últimos 70 de reinado a sus espaldas y tras contraer coronavirus el pasado mes de febrero, la monarca no tiene ni fuerzas para sacar a pasear a sus perros por los extensos terrenos que circundan el castillo de Windsor.
Algo verdaderamente grave si se tiene en cuenta la pasión que siente Isabel II por sus corgis. Según ha confesado una fuente interna del Palacio de Buckingham al diario británico The Sun "sus corgis aún juegan un papel fundamental en la vida de palacio, pero la reina ya no está lo suficientemente bien como para sacarlos de paseo".
Consternación por su salud
Algo que la familia real considera "una pena", ya que "esa era una de las actividades que mejor conseguían reconfortarla, especialmente en tiempos de estrés o de crisis". Sin embargo, su delicado estado de salud y la artritis que padece desde hace tiempo le impiden realizar esta actividad con la normalidad que le caracterizaba.
La verdad es que, a pesar de que su pasión por los corgis no ha disminuido, no se sentía con el optimismo suficiente para llevarla a cabo: cuando su marido, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, empeorase poco antes de su muerte, la reina dejó de pasearlos diariamente. Desde entonces, lo ha hecho esporádicamente y no como una costumbre para ella.
Pasión por los corgis
Así las cosas, su pasión por esta raza viene de lejos: sus padres le regalaron su primer cachorro cuando Isabel cumplió 18 años. De hecho, tanto quiso a su primera amiga canina que en 1947, cuando apenas era una princesa y se casó, se la llevó a su luna de miel. Desde entonces, Isabel II ha tenido nada más y nada menos que 30 perros diferentes.
Actualmente, la monarca tiene tres caninos de esta especie: Fergus, un cruce de corgi y dachshund, Muick, un corgi puro, y Lissy, un cruce de corgi y perro salchicha. Una pequeña familia canina a la que Isabel II tiene mucho aprecio. Tanto, que ya ha protagonizado varias portadas de revistas británicas con ellos.
Baja en los actos públicos
Sin embargo, la monarca no se encuentra en sus plenas facultades para disfrutar de compañía. De hecho, ni tan siquiera se encuentra bien para continuar con su agenda con normalidad. El Palacio de Buckingham confirmó que la reina no podría presidir los actos del Día de la Commonwealth; en su lugar lo hizo su hijo, el príncipe Carlos.
Esta iba a ser su primera aparición pública tras dar positivo en coronavirus el pasado 22 de febrero. Sin embargo, parece ser que la reina no se habría recuperado del todo y habría causado baja en este acto. Algo que hace saltar las alarmas de nuevo respecto a su salud.