Mia Esteve: “Actuar no da estabilidad y, aunque tu currículum aumente, siempre estás de reválida"
La actriz vuelve a las tablas de la mano de Julio Manrique y reflexiona sobre el mundo de la actuación
19 febrero, 2022 00:00Mia Esteve ha participado en míticas series de televisión de TV3 como Estació d’enllaç, Nissaga de poder y Sitges y en películas como Inconscientes, El cuerpo y Los ojos de Julia. Pese a todo, ella se considera una actriz claramente de teatro.
Le gusta tanto su profesión que ha tenido muchos desencuentros con ella. No es fácil dedicarse a este oficio con "un nivel de exigencia desmesurado" como el que ella ha tenido. Por suerte para los espectadores, con los años ha aprendido a poner las “herramientas como actriz en proyectos de otros”.
Nueva obra
Desde entonces no para de estar en las tablas. Este febrero y hasta el 6 de marzo se encuentra en la Sala Beckett a las órdenes de Julio Manrique como una de las protagonistas de Animal negre tristesa, de Anja Hilling, en la que vive una catarsis por culpa de un incendio que sucede en escena.
La intérprete mantiene una conversación con Crónica Directo en la que da algunas claves no solo acerca de esta obra, sino también a la hora de entender lo que se esconde detrás del mundo de la actuación más allá de los focos.
--Pregunta: ¿Qué se encuentra el espectador en Animal negre tristesa?
--Respuesta: Una tragedia contemporánea. La historia de seis personas con una vida bastante exitosa que se van con una furgoneta a pasar un fin de semana al bosque y por una imprudencia se produce un incendio que tendrá consecuencias.
--¿Cómo definiría su papel en la obra?
--Es una tía muy potente, fuerte, es fotógrafa, tiene un carácter muy duro, irónica y con un punto de amargura. Tiene éxito profesional y social, pero poco feliz, y en una edad, con 40 y pico, en la que no ser feliz empieza a pasar factura.
--Además esta situación de tensión les hace reflexionar en esa sensación de soledad, les aparecen miedos…
--Se hace evidente que cuando las cosas están mal dadas la superficie no sirve de nada, por muy fabulosa que esta sea.
--¿Cree que en el mundo de la interpretación también pasa eso, que se ve el éxito de un famoso y no se ve qué puede estar viviendo?
--Supongo. Yo básicamente hago teatro y no tiene mucha repercusión mediática. Te lo debería contestar alguien que ha hecho mucha tele o cine porque allí quedas catapultado a una especie de star system que existe y te lo has de comer. En el caso del teatro apenas se percibe.
--Usted, de todos modos, ha participado en series y en cine. ¿Considera que todavía a la gente del teatro se la reconoce menos?
--Yo he hecho muy poco cine y tele. Pero imagino que cuando algo se vuelve mediático, el reconocimiento es exponencialmente evidente, en seguida se reconoce esa cara y todo el mundo sabe quién eres. Luego está la valoración artística que está en manos de otros criterios. La imagen es muy poderosa y es lógico en cierta manera.
--Hablemos entonces de su carrera teatral. ¿Usted tuvo claro desde pequeña que este era su camino? ¿Cómo lo valora?
--Sí. Desde pequeña ya hacía teatro y en la adolescencia fue cuando me planteé la posibilidad de que esto fuera mi vida, aunque he tenido intermitencias pasionales y muchas rupturas personales con el oficio. Me he llegado a distanciar de la profesión. Con los años, uno entiende que esto es un oficio y que lo puede defender bien. Todo depende del nivel de exigencia artística que uno tiene. Igual de joven tenía un nivel de exigencia desmesurado (ríe) porque es evidente que no todos los proyectos los firmas tú, eres un intérprete al servicio de ideas de otra gente. Me pasa mucho por haber hecho mucha creación, que hay mucha implicación en los proyectos, y cuando no sucede algunos cuestionamientos artísticos están más frágiles. Con los años, por eso, he aprendido a poner mis herramientas como actriz en proyectos de otros que me interesarán más o menos, pero que defenderé profesionalmente tan bien como pueda. En ese sentido, mi recorrido ha sido largo y variado y con cuestionamientos profundos sobre si quiero seguir y, al final, el lugar al que he llegado es más sano mentalmente. Evidentemente me apasiono más cuando el montaje es más creativo y requiere que yo me arremangue artísticamente y haga propuestas para que nazca de mí el material, pero que si tengo ese material que lo puedo poner al servicio de la historia también me gano la vida.
--¿Es muy duro no estar de acuerdo con el director o ha habido más desencuentros con uno y la profesión?
--Básicamente es que es un trabajo muy duro, nunca te da estabilidad en ningún sentido y por mucho que pasen los años y tu currículum aumente estás de reválida constante, has de demostrar siempre tu valía. Esto requiere de una madera humana que no todo el mundo tiene. Conozco muchos en esta profesión que no han continuado porque no les salía trabajo o también porque no han resistido a esta precariedad. No tenemos que olvidar que los actores y actrices vivimos en una situación muy precaria, no sabemos nunca qué pasará con nosotros. Cuando acabas una producción, muy poca gente te puede decir que tiene un año lleno de trabajo y, por mucho que pasen los años, nunca tienes esta garantía. Has de acabar conviviendo bien con ello. Durante la pandemia yo he tenido conversaciones con gente que tiene contratos y trabajos estables que me decían que era muy duro saber si continuarás o no en ellos. Yo desde los 18 años vivo así. ¡Es muy duro vivir así! Es verdad que cuando las cosas van bien la recompensa es muy alta, pero no es fácil.
-¿Y ahora, cómo ve el panorama teatral para los actores y actrices? ¿Hay una nueva hornada de intérpretes, directores que montan sus propios espectáculos como parece?
--Sí, se intuye algo de esto. No lo conozco muy de cerca porque yo no vivo en Barcelona y no veo todo lo que hay, no me desplazo a no ser que haya algo que realmente me interesa. Pero tengo esta sensación de que hay gente que sube, como pasaba en mi época, que, aunque sea sin cobrar, montan alguna cosa. La persecución del éxito es absolutamente irreal, porque de 25.000 personas eligen a una y la gente es consciente de esta realidad.
--Comenta que al no estar en Barcelona ve menos obras y no está tan al tanto. ¿Se echan de menos las giras? ¿Va a girar Animal negre tristesa antes de ir a Madrid?
--Sí, entre medio hay ya algunos bolos y yo espero que gire. Todo depende de las capacidades de los espacios. Es cierto que la pandemia ha afectado, pero espero que pueda girar. Además, lo que hace Julio Manrique con el texto es una maravilla, lo que realmente pasa es casi un exorcismo, produce la catarsis del teatro griego original si puedes hacer el viaje con la historia. Los ingredientes para que funcione los tiene.
--Además el fuego ya da mucho para esa catarsis.
--Y el texto de Anja Hilling es una maravilla, de una belleza descriptiva… A mí me da mucha pereza leer teatro, porque me gusta más verlo. Y ya con este texto, leerlo es una maravilla y abre mil posibilidades de montaje, lo que también te da mil dolores de cabezas porque hemos probado 21 maneras de hacer una sola cosa, por lo que ha sido muy intenso (sonríe apasionada). Pero el texto está bestialmente bien escrito.
--¿Cómo ha sido poner en escena ese incendio, si se puede contar?
--Hay un equipo artístico muy bueno con las luces, el vídeo, la escenografía... A eso se le añade un soporte técnico muy fuerte con el sonido. Hemos hecho también un trabajo muy corporal y nos han preparado físicamente. Un trabajo conjunto muy fuerte.
--¿Y qué tal ha sido el trabajo con Julio Manrique?
--Muy bien. Nunca había trabajado con él. Es un apasionado, le encanta el teatro y te anima mucho. Siempre es sí, positivo y todo bien. Es exigente y entrometido, le gusta probar y, depende cómo, te marea, pero siempre con pasión y con una energía por probar. Además, conoce muy bien el mecanismo actoral y te acompaña muy bien. Asimismo, en esta obra ha querido hacer un montaje no tan psicologista, sino que nos convirtiéramos más en performers, hacer algo más frío o distanciado, que él mismo no conoce tanto y lo hace más frágil, lo que lo ha hecho bonito porque compartíamos esa fragilidad y sus dudas a la hora de crear. Es muy entusiasmante trabajar con alguien así.
--Y usted, que ha hecho creación y esta obra está escrita por una mujer, ¿espera que esto sea más que un simple boom?
--Sí, claro. Pero espero que el boom se acabe y terminemos ya con la reivindicación de la mujer en el sentido pragmático de la palabra. Es decir, que todo el mundo pueda estrenar obras independientemente de que las escriba, dirija o protagonice una mujer. Ojalá la mujer tenga el acceso a todos los terrenos a los que tiene acceso el hombre y no tengamos que hablar de boom, sino de normalidad: ¿Tienes talento? Adelante. ¿No lo tienes? Atrás. Tanto da si eres hombre, mujer o transgénero. Las personas con talento y creatividad es lo que se debe reivindicar. Las modas a mí me la soplan bastante, aunque es así y todo pasa por modas. Hasta que algo no se aborda por moda no es visible a ojos de la gente. Yo tengo ganas de que pase esta moda y que todo el mundo dejara de pensar si alguien es uno hombre o mujer. Soy muy naif igual, pero me gustaría que no importara.