¡Paren rotativas! Pablo Urdangarín vuelve a responder a la prensa: ojo, porque el joven no se corta un pelo ante las cámaras. Lo hace por segunda vez cuando se cumplen poco más de 24 horas de que saliera a la luz la relación extramatrimonial que mantiene su padre con Ainhoa Armentia, la mujer con quien el ex duque de Palma, la semana pasada, fue pillado en actitud cariñosa por el paseo marítimo de Bidart (Francia).
Luciendo la insignia culé en el chándal oficial, el segundogénito de la infanta y el gasteiztarra desmiente que su padre les hiciera conocedores en Navidad del idilio que le une a su compañera de trabajo. De hecho, el joven se atreve a asegurar que no cree que su madre fuera conocedora del affaire que mantenía su progenitor hasta que la revista Lecturas lo destapó.
La última hora del estado de la infanta
Con todo, el deportista quita hierro al asunto y desvela cómo se encuentra la infanta tras este nuevo golpe por parte de su todavía marido. “Está bien, está bien”, afirma, al mismo tiempo que añade que en general toda la familia está bien: “Estamos todos contentos”, señala.
Si bien el jugador de balonmano avanza que todavía no se ha producido ninguna reunión familiar para abordar la cuestión. En este sentido, tal y como ha indicado su padre esta misma mañana, el joven declara que es un tema todavía pendiente de hablar.
Una familia unida
Y es que a Pablo, la separación de sus padres no parece quitarle el sueño. “Todos estamos tranquilos, todos nos vamos a querer igual o sea que ya está. No hace falta nada más”, subrayaba Urdangarín horas después de que salieran a la luz las comprometedoras instantáneas.
Así las cosas, con él en Barcelona, su padre en Vitoria, su madre en Suiza, junto a su hermana pequeña, y sus otros dos hermanos estudiando en Londres, el balonmanista remarca que la suya seguirá siendo "una familia unida". Cabe destacar que, la última vez que se reunieron los seis fue esta pasada Navidad, justo un mes después de que la infanta y el otrora duque de Palma fueran fotografiados juntos y de la mano por la Ciudad Condal.