Sonia Ferrer llora la muerte de su mejor amigo con el que había quedado

La actriz Sonia Ferrer está pasando por uno de los momentos más difíciles de su vida. Y es que su mejor amigo, Guillermo, ha fallecido en un atropello mientras iba en bicicleta. Pero lo más espeluznante de todo es que el hombre se dirigía a una cita con la propia actriz y nunca llegaron a verse. 

Así lo ha compartido la joven en su cuenta de Instagram. Con una captura de pantalla de la conversación con su amigo, se mostraba cómo habían quedado el sábado para merendar. Sin embargo, Guillermo nunca se presentó a la cita. Un atropello mortal terminó con su vida.

Publicación de Sonia Ferrer en Instagram / @soniaferrer

Desgarrador testimonio

"Ahora mismo debería estar contigo, cerveza en mano (vino para mi), riéndonos de nuestras hazañas mientras aprovechamos para hacer terapia. Eso de yo te doy consejos a ti y tú a mi y luego no hacemos ni puñetero caso de lo dicho. En lugar de eso, estoy intentando recomponerme para ir al tanatorio a despedirme de ti", han sido las desgarradoras palabras que escrito Sonia en su perfil.

Con un recopilatorio de fotografías juntos, la joven se ha despedido de su compañero y afirma que ya lo echa de menos. Guillermo era su mejor amigo y su inesperada partida ha dejado destrozada a Sonia. Además, el mismo domingo, después de ir al tanatorio, tuvo que irse de urgencias con su hija para operarle un codo roto.

Conversación entre Sonia Ferrer y su amigo fallecido, Guillermo / @soniaferrer

Apoyo en momentos difíciles

Con todo, la actriz ha recibido multitud de mensajes de apoyo y ánimo en estos duros momentos. Rostros conocidos como Carmen Lomana, Marta Robles, Nacho Montes o Silvia Jato han comentado la publicación y le han dado el pésame públicamente a Ferrer.

A esta tragedia se le suma el desgarrador testimonio que compartió la actriz hace unas semanas también en Instagram. Cuando tenía 15 años, sufrió un tumor por el que tuvo que denunciar a los médicos por negligencia: "Tenía un tumor de hueso en la columna que me estrangulaba la médula. Una supuesta eminencia en traumatología le dijo a mi madre que tenía un dolor imaginario y que solo quería llamar la atención".